27. VENGANZA RADICAL
Juampi Rómano fue el mayor asesino de árboles. Quemó centenares de bosques. Cuentan que, incluso en la noche de su entierro, consiguió que ardiera el pequeño ciprés que había junto a su tumba. Sin embargo, cuando por asuntos forenses decidieron exhumarlo, lo que encontraron fue inaudito. El resto de árboles, en venganza por el ciprés quemado, habían penetrado con sus raíces en el abdomen de Juampi, colonizando velozmente sus tripas. Nadie daba crédito. En apenas horas habían perforado su hígado, su páncreas, habían destruido bazo y vesícula, y le habían enmarañado y anudado los intestinos de un modo que causaba dolor con solo verlo.
Hay quien dice que la venganza de los árboles no es nada nuevo. Que en realidad llevan años confabulando bajo tierra. Que penetran por el ano de los recién fallecidos, alterando su descanso, perturbando el supremo proceso de la vieja de la guadaña.
Pero son mitos y creencias, claro. Como aquello de que los muertos se comunican con nosotros, o que nos poseen. O que se reencarnan. Simples leyendas. No son datos científicos ni tangibles. Como sí lo son, en cambio, el actual calentamiento global, o el inexplicable incremento de las enfermedades intestinales.
Pues no me parece mala venganza esa para los asesinos de árboles.
Y me encanta que aquí se unan dos acepciones de la palabra radical, aunque no se si eso era lo que pretendías.
Un abrazo y suerte.
Jeje, eso se intenta, jugar con el lenguaje.
Gracias por tu comentario, Rosalía
Mejor atacar de raíz que andar vengándose por las ramas. ¡Muy bueno, Alberto! Miedo me dan esas verdades con las que cierras el relato.
Abrazo
Y a mí también, Alberto, esas verdades con que cierras ese micro, sí que son terribles. Desde luego la venganza de los árboles es terrible, es un ojo por ojo, una venganza increíble. Un abrazo inmenso. Gloria
Miedo nos dan a todos, incluida esa conexión entre muertos y vivos, o entre humanos y árboles. Aunque no tanto como para ponernos en serio a solucionarlo, por lo que se ve.
Muchas gracias, Aurora, un saludo
Buen micro. El argumento es original y, ya desde el inicio del último párrafo, aguarda uno expectante el giro final, que no defrauda.
Suerte y un besazo, Alberto.
Me alegra que te guste el final, Ana, porque no las tenía todas conmigo, jeje.
Mil gracias por decírmelo.
Abrazos
El planeta puede sufrir por nuestra causa, pero la naturaleza es sabia y sabe expulsar el mal para que la vida continúe. Está claro que somos una especie dañina. La esperanza es que, al mismo tiempo, está demostrado que somos capaces de grandes cosas, hasta de enmendarnos
Las leyendas y cuentos tienen parte de verdad, eso es lo que queda y expones de forma inquietante al final de tu historia.
Un relato original al que no le falta un aire de humor negro, con un toque atención que no deberíamos obviar.
Un abrazo y suerte, Alberto
Muchas gracias por tu generosidad, Ángel.
Esta casa es un buen ejemplo de eso que cuentas, de esa cara amable del ser humano. Mil gracias y un abrazo fuerte
Hola, Alberto. Desde el nombre del pirómano y la «venganza radical» del título hasta esa mención «casual» del incremento de las enfermedades intestinales, me ha parecido un micro excelente, sin fisuras, por el que no podría colarse ni una raicita aunque quisiera, jaja.
Bromas aparte, si hay una lección que podría extraerse del micro sería parecida a la que se estila en el hinduismo, que todo vuelve, que lo que uno da lo recibe (tanto bueno como malo) y, por supuesto, que nunca uno muere del todo (y si no, preguntémosle a Juampi Rómano, que ahora se parece a uno de esos retratos de Arcimboldo que tanto me gustan).
Besos patagónicos😘😘
Mariángeles😇😇