90. Verdes (Fuera de concurso)
Salvo cambio de idea, la habitación de los niños que tengan irá en diferentes tonos de verde. Hay decididos también algunos pormenores sobre la compra del piso, aunque el principal es que para poder realizarla tendrán que trabajar los dos. Nada, en realidad, que no tenga arreglo en unos pocos años, cuando acaben sus respectivas carreras. Claro que ahora toca ponerse a estudiar en serio, sobre todo si quieren aprobar de una vez el bachillerato. Tan solo hay una pequeña traba, diríase, y reside en el carácter de su relación: él no encuentra nunca la ocasión para insinuarse; ella, por su parte, procura en todo momento que no se haga muchas ilusiones.
Una genialidad. Una regresión tan bien contada que es una verdadera lección de cómo conseguir ser original y certero a la hora de escribir. Los Micromochones son tesoros que nos vas dejando. Relatos con una denominación de origen que pasan con holgura todas las pruebas de calidad.
Enhorabuena, Henry. Un disfrute de nuevo.
P.D. Ahora que se acerca la Semana Santa y mi hijo es tan cofrade, nos sería de gran ayuda que observaras a Trrfkk y nos fueras comentando cómo estará el tiempo en esos días.
Un abrazo, genio.
Eres siempre demasiado generoso con lo que escribo, Paul, y tú sabes mejor que nadie la de despropósitos que me salen cada dos por tres. Así que eso te da más mérito, ;-).
Trrrffk llevaba un tiempo bastante relajado, pero últimamente está que da corte mirarlo. Espero que se apacigüe de aquí a semana santa, por el bien de Jr, :-).
Un fuerte abrazo.
El cuento de la lechera actualizado y visto por un observador externo y objetivo. Todo comienza con una mirada, con unas palabras, que se convierte en una pequeña relación que crece, o no. Un «no me atrevo», unido a un «me hago la interesante» puede dar al traste un posible proyecto de vida sin darle siquiera oportunidad de gestarse. Cuántas posibilidades malogradas por simples detalles habrán ocurrido en la existencia de cada uno, a nada que hagamos un poco de memoria. Los inicios siempre son verdes, la maduración viene, si es que lo hace, mucho después.
Te admiro, Enrique, no te digo más.
Un abrazo grande
Yo sí que te admiro, Ángel, y no solo por lo bien que escribes y la infinidad de éxitos que eso te da, sino por todo lo que eres como persona.
Tu análisis del relato me parece perfecto y me gusta que hagas hincapié en esa circunstancia de los distintos caminos que podríamos tomar a cada paso y que, a menudo sin darnos cuenta y para bien o para mal, vamos desechando a pesar de que muchos de ellos serían verdaderos puntos de inflexión.
Muchas gracias por todo.
Un fuerte abrazo.
Muy bueno, Enrique. Eres un As verde y de todos los colores.
Deseo la mejor suerte para tu relato.
Saludos virtuales.
Muchas gracias, María Jesús. Te respondo abajo.
Muy bueno, Enrique. Eres un as verde y de todos los colores.
Si estuviera en concurso, te desearía suerte pero cómo no, te envío un cordial saludo, aunque sea virtual.
Muchas gracias, María Jesús. Cuánto me alegran tus visitas siempre. Si yo soy el As tú eres la Reina, ;-).
Un fuerte y virtual abrazo.
Me ha gustado la construcción de tu relato, Enrique. La vida es evolución y cambio de principio a fin. Tú eliges uno de los infinitos caminos posibles para mostrarnos que la evolución necesita pasos madurativos… y que, a veces, estamos verdes para afrontarlos, incluso para dar el primer paso. Claro que siempre hay quien no madura nunca…, mal ejemplo para los descendientes.
Un abrazo.
Me alegra mucho tu opinión y meditación a partir del relato. Lo empecé en plan experimental y por momentos se me iba hacia la tontería, por lo que me alegro de haberlo reconducido de manera que haya merecido tus palabras. Estoy de acuerdo contigo en todo. Pienso que hay que tomar las riendas de la propia vida y no quedarse a verlas venir, aunque a veces equivoquemos el rumbo.
Muchas gracias y un fuerte abrazo, Josep.
Me ha encantado Enrique. No te puedo añadir nada que no se haya dicho más que es una pena que vaya fuera de concurso. Te lo compro desde el título. 🙂
Saludos
Creo que ya es bastante premio el que me estéis poniendo estos comentarios. Me alegro mucho de que te hayas pasado y de que te guste el relato.
Un fuerte abrazo, Nuria.
Curiosamente, iba yo leyendo y pensando en el final, en cómo acabaría todo y no se me pudo ni pasar por la cabeza ese desenlace. Genial,Enrique.
Muchas gracias, Elena. Debo decir que este final casi surgió solo, empujado por lo que le iba precediendo, después de un juego de artificio que luego tuve que depurar para que resultara más o menos coherente.
Un fuerte abrazo.
Una acertadísima imagen de lo verdes y bisoños que somos. Yo vengo como siempre a leer tus relatos con el sombrero quitado y los ojos muy abiertos, deseando aprender a escribir así de bien. Soñar es gratis. Gracias por compartir, Enrique.
Hay que ver las cosas que dices, Belén. Precisamente has pintado la situación al contrario de como es. Muchas gracias a ti por leerme y por todo lo que aprendo (o intento aprender) leyéndote; y no es por devolvértela.
Un fuerte abrazo.
Me ha encantado tu forma de narrar una relación sentimental que aún no ha comenzado, desde el posible futuro hasta un presente en el que por la actitud de los dos protagonistas no parece muy factible que esa relación se vaya a iniciar nunca.
Aunque sea fuera de concurso, tu propuesta se merece un aplauso.
Besos, Enrique.
Pues no creas que no me ha dado problemas la narración del relato, y mira que no es muy largo. Todavía lo leo y le encuentro algo que no me convence, :-). Me alegra en cualquier caso que te haya gustado, Asun.
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Un relato que da gusto leer.
Abrazos primaverales.
Y a mí me han encantado tus palabras, María.
Muchas gracias y un fuerte abrazo primaveral.