15. VIVIENDO Y APRENDIENDO (Mercedes Marín del Valle)
Nunca supieron como habían llegado hasta allí, pero los comienzos no fueron nada fáciles dentro del agua hirviente y burbujeante que alguien llamó sopa de Oparin. Tampoco era agradable pensar que el sol, tan necesario, podía lanzar rayos odio sin control poniendo sus vidas en peligro. Una de las formas más respetables y primitivas dijo saber a ciencia cierta que todo en el exterior olía a humo contaminado con sulfuros y metano y que los volcanes y los sismos eran tan potentes y frecuentes que, sin dudarlo, el ambiente acuático en el que se desarrollaban era lo mejor para estar a salvo.
En un momento cualquiera de un día cualquiera, eso no importa porque aún no habían venido los hombres y sus reglas, un pequeño organismo puso a funcionar su maquinaria recién estrenada y para asombro de todos comenzó a expeler oxígeno, además con esa acción tan natural no necesitaba alimentarse. Animados, otros coleguitas microscópicos imitaron su comportamiento y, como resultado, un sinfín de burbujas oxigenadas se extendió formando una capa que cambió sustancialmente su modo de respirar y amplió su horizonte.
Autótrofos, heterótrofos, aerobios y anaerobios hicieron la ola en las olas. La tierra prometida tenía una pinta estupenda.
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La vida es un conjunto de muchas cosas, pero en sus inicios más primigenios se redujo a una reacción química, sin por ello quitarle importancia, al contrario. Se trató de un milagro a partir del cual todo vino después a fuerza de adaptación y evolución, cada vez con mayor complejidad.
Tu relato incita a reflexionar. Nos creemos los reyes de la creación, cuando quizá no seamos mucho más que un árbol, un koala o una piedra, una consecuencia, muy inquieta, eso sí, que no para de hacerse preguntas y de tratar de explicar todo, hasta los días en los que no había días porque no existíamos. «Viviendo y aprendiendo», ese es, o debería ser, nuestro sino.
Una historia original y bien contada.
Un abrazo y suerte, Mercedes
-¡Esta chica parece bióloga!- dijo mi mamá, que es bióloga ya jubilada. Y yo te digo, Mercedes, que el micro me encantó, porque ese diálogo entre los integrantes de la sopa primigenia no tiene desperdicio… A mí me hizo acordar a lo que siempre decía mi profesora de Inglés 5 (una de las últimas materias del traductorado): «Live and learn», justamente «Vive y aprende», como tanto y tan bien lo hacen los organismos del micro, que no dudo que sabrán sacarle el jugo a esa tierra prometida de pinta tan estupenda…
Cariños,
Mariángeles
Eso es, Ángel. Nos creemos los reyes del mambo y somos los que peor sabemos vivir. No disfrutamos de nada y andamos fastidiando todo el día al resto de las especies. Un placer compartir este espacio tan micromaravilloso. Feliz tarde, amigo.
Ups, las respuestas hoy están alocadas y saldrán desordenadas ¿o seré yo la que ando como microbio en agua hirviente? Jajaja
Muy bonito tu comentario, Mariángeles. Muchas gracias por venir y un abrazo gigante a tu mamá que tan bien te ha enseñado. Besos de corazón.
Mercedes, precioso micro con ese mensaje. Desde luego es una belleza ese comienzo y el paraíso creado en esa olla hirviendo.
Un abrazo
Hola Blanca, querida amiga. Estos días pega estar en la olla hirviendo que hace un frío que el grajo va casi de puntillas por el suelo, jajaja. Aquí como bien sabes, a mediodía se disfruta del sol y una buena temperatura.
Me alegra verte por aquí y, antes de irte, deja uno de tus micros que siempre da gusto leerlos.
Abrazos desde el Mediterráneo que también nos une.
Hola, Mercedes.
Tus comienzos se retrotraen prácticamente al amanecer de la vida biológica en el planeta. Ojalá organismos «superiores» hubiéramos aprendido a tener el respeto y cuidado del medio que nos proporciona la existencia. Creo que, de momento, no tenemos una «tierra prometida» B.
Espero que tus comienzos anuales hayan sido realmente estupendos.
Un cálido abrazo, amiga.
Comienzos esperanzadores, ilusionantes y ardientes. Esos son los mejores.
Me alegra mucho verte por aquí, Barceló, amigo. Yo estoy en plena campaña de promoción de mi nueva novela, La resurrección de Jandra Sweet. Lo malo es que quién te edita, una vez le has pagado se desentiende y, cuesta un rato abrir caminos. Yo, con apoyos como el tuyo no desfallezco.
Feliz domingo, Barceló. Un abrazo vital y mis deseos de que estés en ebullición desde el punto de vista anímico, creativo y saludable.
Esa vida en ebullición explota, y las partículas se entrelazan para crear, en millones de años, el mundo que hoy conocemos. La vida en su primigenia era esperanzadora, y no hemos sabido apreciar y mantener ese regalo que se nos ha entregado en custodia. Muy bueno, Mercedes. Un caluroso abrazo y suerte.
Hola Salvador. ¿Qué tal? Muchas gracias por venir. La verdad es que creo que eso de saber apreciar es una asignatura que nos cuesta entender y, sobre todo, aprobar. Nos merecemos un NM de aquellos que ponían antes en las escuelas ¿o los ponen todavía? jajaja.
Un abrazo y feliz noche para ti y los tuyos.