41. Volver
Si hay algo que detestamos en Crown City son las despedidas ¿Que quiere usted largarse de la ciudad? Está en su derecho, por supuesto, pero le rogaríamos que lo hiciese de madrugada, cuando nadie le vea, lo más furtivamente posible. No pretenderá que, además de dejarnos, le despidamos con una comitiva y batiendo pañuelos al viento. De la misma manera, si algo nos gusta a la gente de Crown City son los recibimientos, los regresos. Es, digamos, nuestra especialidad. Da igual que se vaya usted hoy y decida volver mañana. Le recibiremos entusiasmados, con pancartas, los brazos abiertos y los ojos henchidos de lágrimas: como si llevásemos toda una vida esperándole.
Ahora comprendo el éxito de la cancioncilla del anuncio del turrón, cómo saben los publicistas tocarnos la fibra sensible. El regreso suele suponer alegría, esperanza, una vida que no parece que se nos vaya acabando poco a poco, como en realidad sucede. Comienzan las rebajas, pues todos contentos, aunque sean mentira. El caso es volver. Marcharse es otra cosa, las tristezas nos gustan menos, aunque si se fuese algún que otro político o programa basura de la televisión algo ganaría el mundo, pero eso son excepciones.
Divertido, surrealista, muy tuyo.
Un abrazo, José Manuel. Suerte
Qué bien ves el otro lado de las cosas, Ángel ¡Abrazo¡¡
Crown City, me encantará ir a conocer esa ciudad y salir de ella sin remordimiento, sin sensación de abandono y sabiendo que cuando regrese el recibimiento será siempre cálido y amoroso. Tal vez, estaría bien hacerlo los fines de semana.
Me ha gustado mucho tu original historia. Suerte.
Já ¡Pues eres bienvenida, claro! ¡Muchas gracias, Isabel¡¡