22. «You are always on my mind»
Ella se fue después de una larga y arrebatada discusión. No era la primera vez que esto sucedía y, como le advirtió antes de partir, tampoco sería la última. Entre cortinas, la vio mirar atrás, mientras se desvanecía, con paso sensual y tentador, entre el tumulto de la calle.
Su familia tenía razón, aquella relación no le convenía. Debía retomar su vida, disfrutar de la calma, salir con los pocos amigos que le quedaban. Asearse. Pero acababa de irse y ya la echaba de menos y, aunque nadie parecía notarlo, en su bandolera se había llevado los colores de la casa y la mitad de los recuerdos. En el techo se había instalado una nube gris tan amenazante como una caricia helada y, asustado, empezó a sentirse muy solo en la oscuridad de aquel cuarto que, sin ella, era una celda de castigo. Arrepentido, deseó que volviera, que volviera, que volviera… Necesitaba escuchar su hermosa voz, amanecer abrazado a su silueta. Contemplarla… Claro que, pese a todo, lo tenía fácil, razonó de pronto. Actuaría igual que en otras ocasiones y, con astuto disimulo, saldría en su busca. Únicamente tenía que fingir mansedumbre y, en un descuido, escupir las pastillas.
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Somos muy complicados, tanto, que es posible que la mente, normalmente aliada y poderosa, un prodigio de la evolución, envíe imágenes irreales, bombardee con fantasmas, haga creer que se está ante la presencia de una persona que solo existe dentro de la cabeza y se superpone a la verdadera realidad. La medicación y el apoyo de amigos y familiares son fundamentales, pero siempre es más fácil no reconocer la enfermedad, desoír consejos y recomendaciones, hacer caso omiso a medicamentos, dejarse llevar por lo que se cree lógico, aunque solo conduzca a la perdición.
Lo que parecía la discusión de una pareja, en realidad es un intento fallido de abandonar un trastorno, ya dicen que no hay peor enfermo que el que no reconoce su problema y no quiere curarse, aunque en este caso no debe de ser nada sencillo, lo has mostrado muy bien metiéndote en una mente con esta lucha.
Un abrazo y suerte, María José
Parece que la salud mental empieza a preocuparnos seriamente. Los últimos tiempos y sus circunstancias han sacado a la luz este problema que por desgracia siempre ha estado entre nosotros.
En muchos casos las familias tienen que convivir no solo con los enfermos, que casi nunca aceptan su enfermedad, también con sus visiones, sus voces, sus alucinaciones.
Dicen que el amor es un estado de locura y en esta historia que he querido contar es una realidad en toda regla.😔
Muchísimas gracias, Ángel por tus razonados y serenos comentarios, por aportar tanto a lo que humildemente escribimos. Un abrazo y espero verte pronto.🤗
Querida María José: ya cuando leí el título, una línea de esa canción que me encanta de los Pet Shop Boys, me gustó el micro. Y me encantó esa bandolera de colores y esa casa llena de recuerdos, y entonces llegó la nube gris y el comentario de Ángel, y advertí que esa sensual silueta la tenia una mujer que padece una depresión, o un toc, y pude ver el micro en sus verdaderos colores, con todo lo que cuenta, incluyendo la medicación, los atajos, la no aceptación de la propia enfermedad y el no poder lidiar con ella que experimenta la protagonista… Imposible no empatizar y querer abrazarla, y querer que se cure…
Aquí el amor es una locura y a esa locura se le tiene amor, así de original es tu enfoque en esta propuesta enteciana…
Cariños,
Mariángeles
Muchísimas gracias, Mariángeles. Amor y locura van unidos, pero a veces la locura es real, real… desgraciadamente. Me alegra tu visita y agradezco tu comentario. Besos y abrazos 🤗😘
El delirio de amor, en el sentido más literal. Tu personaje se enamora de una imagen irreal, de un delirio que solo desaparece con la medicación. Ese escupir las pastillas final es toda una declaración de amor.
Me ha gustado mucho y te deseo mucha suerte, María José.
Un abrazo.
Debido a su trastorno, el personaje vive muy distanciado de la realidad, pero ese mismo trastorno le permite vivir el enamoramiento y es capaz de abandonar la medicación para regresar a su amada. Como tú bien dices:»una declaración de amor».
Muchísimas gracias, Anna por la visita y el comentario. Un abrazo 🤗
Hola María José, qué giro tan inesperado y tan interesante le has dado a nuestros amantes. Con un inicio de una pelea por un enfado de pareja, nos has llevado poco a poco a una realidad tan dramática como la enfermedad mental y piensas en ello cuando dices «Asearse» como única palabra entre puntos. Cuando se ha convivido con la enfermedad mental de cerca, una se da cuenta de la importancia de los detalles de tu microrrelato. No estaría mal inspirarnos en la locura como lema para el relato en otra ocasión. Te felicito.
Nos leemos
Muchos trastornos mentales se detectan, efectivamente, por la falta de motivación, por ese descuido físico: depresión, esquizofrenia…Era una pista que no pasa desapercibida a quienes saben algo del tema.
Muchísimas gracias, Isabel Cristina por acercarte y comentar. Un abrazo 🤗 y nos leemos.
Son muchoas numerosos los trastorno de los que creemos y si son de amor son aún más complejos, y no sé si se arregla escupiendo las pastillas que por otro lado parece que le hacen ver más allá. Suerte
El amor con o sin pastillas es una locura. Maravillosa.
Según … Quizá por eso el personaje prefiere desconectar de nuestra realidad y volver a la suya, en ella será más feliz, seguro. Gracias, Manuel por leer y comentar. Me alegra mucho tu visita. Un abrazo 🤗
Tu relato me hace plantearme si realmente vale la pena estar cuerdo o si no será más acertado, quizás, vivir esa mentira con el amor de tu vida… Quién sabe! Consigues a través de tu fantástico relato, que nos hagamos esa pregunta. Enhorabuena, María José!
Nietzsche dijo que en el amor siempre hay algo de locura y que en la locura siempre hay algo de razón. Así que, con o sin pastillas, mejor haberlo sentido alguna vez😂 Muchas gracias, Susana por acercarte y por el comentario. Un beso 😚
Hola, María José.
Cuando piensas que se narra el fracaso de una relación real llega el sorprendente giro final que te descubre una historia muy distinta, una que solo existe en la cabeza del protagonista, alguien que tiene un conflicto entre asumir la realidad o vivir permanentemente en una irrealidad enfermiza que parece hacerle feliz.
Un relato complejo contado de forma magistralmente sencilla.
Felicitaciones, mi admirada y apreciada amiga. Ojalá tengas premio. Un cálido saludo.
Dar la razón a la razón no está al alcance del personaje que, a causa de su desvarío, vive en otra realidad. Aceptar la medicación le ayudaría a centrarse, pero le aleja de su amada imaginaria y no parece estar dispuesto a soportar el dolor emocional que esto le supone. Estos trastornos son frecuentes, desgraciadamente.
Muchísimas gracias, Ángel por acercarte y por dejar, además, tan cariñoso comentario. Un abrazo 🤗