Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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15. AMORES PERROS (Fernando da Casa)

Salía de una relación que solo me dejó arena en el corazón. El güisqui y el humo que enrarecía el aire de mi habitación en aquel hotel de La Habana me hacían compañía, suficiente para un alma solitaria como yo. Rechacé varias veces el ofrecimiento de un daiquiri con perfume de mulata, bailado al son de caderas de vértigo. No estaba yo para multitudes.

Pero aquella tarde de tormenta tropical, con los cocoteros balanceándose al ritmo de las olas que rompían su virginidad en el Malecón, mi corazón volvió a latir. Bum-bum, bombeó  sangre con tal fuerza que la cabeza se me puso a reventar, las venas de los brazos saltaban de alegría, y un dulce danzón cubano alegró mi pantalón. La vi desde la ventana, disfrutando de la lluvia, empapada, desnuda, bebiendo de los charcos y saltando cual danzarina orisha en busca de un conjuro de fertilidad.

Un instante de racionalidad enfrió mi pasión. Cerré la ventana, me miré al espejo y me serví otro güisqui. Debía alejar ese tipo de pensamientos. Pero no pude evitar volver a mirarla. Cuando me asomé de nuevo, aquella graciosa caniche estaba siendo montada por un pastor alemán. Menos mal.

47 Responses

  1. Fernando, me trasladaste en Cuba. Las descripciones son muy buenas y lo cuentas con mucha maestria ,pero el final, el final, es la caña ,amigo, ja, ja, ja , desde luego para mi te has triunfado. Un abrazo, Sotirios.

  2. El micro es trabajado y el giro final tronchante. Es un excelente micro en cuanto ambientación, léxico, gracia, tono humorístico adecuado. «un danzón cubano alegró mi pantalón», me encanta. Enhorabuena

    1. Gracias, David, por tus elogios. El danzón es un ritmo algo anticuado, hoy en día alegran más otros tipos de sones y músicas que inundan la vida de la isla, pero es que yo soy muy antiguo… Hasta para alegrarme el pantalón. Un abrazo.

  3. Juan Antonio

    Pues me reafirmo en los dos comentarios anteriores. Algo he ido sospechando hacia el final pero ya era demasiado tarde. Te has quedado conmigo XD. Mucha suerte 🙂

    1. ¡Booomba! Sen-sual, un movimiento muy sexy… No, esa canción no me gusta, aunque muchas gracias por tus apreciaciones, Calamanda. Yo opino como en una campaña que leí hace poco que triunfó en Twitter, con ocasión de una polémica con una deportista libanesa que mostró sus pechos en público, lo que originó una serie de protestas por parte de la comunidad religiosa más visceral: «Boobs, no bombs».
      Un fuerte abrazo.

  4. Paloma Casado

    Divertido, ingenioso y muy bien ambientado con esas imágenes potentes de güisqui y tormentas tropicales. No me esperaba esa atracción inconfesable por los caniches. Me ha encantado.

    1. Muchas gracias, Paloma, cualquier elogio que venga de una Maestra como tú puntúa doble… Fíjate tú, que a mí los caniches tampoco me iban, pero después de unos güisquis todo es posible… Menos mal que ahora soy abstemio.

    1. Muchas gracias, Nuria. A veces, los títulos ayudan y otras veces, despistan. En este caso, me inspiré en una película de cine mexicana, aunque el resultado no tenga nada que ver. O sea, que no sé si el título ayuda o despista. Me tomaré un güisqui para ver si me aclaro. O dos.

  5. Ángel Saiz Mora

    Ese hombre con «arena en el corazón», sin ganas de «daiquiri con perfume de mulata», pero con una curiosa pasión canina. Unas descripciones muy visuales y cálidas. El final, curioso y chispeante, acorde con el apropiado título. Muy buen relato. Un saludo.

    1. La imaginación está para eso, para imaginar… Y por ahí dice que la realidad siempre supera a la ficción… Te reconozco que a mí me pasó como a ti cuando vi por primera vez una película italiana llamada «Padre Padrone», donde los niños del pueblo se «iniciaban» con gallinas. Ver tanto cine me debe haber deformado el gusto, no sé.
      Muchas gracias por pasarte y comentar. Un abrazo.

  6. Salvador Esteve

    Fernando, la racionalidad le salvó, ya que jugarse los cuartos con un pastor alemán hasta las trancas de testosterona no es aconsejable. Muy original y divertido. Abrazos.

  7. Amores perros y nunca mejor dicho, o no tan perros porque ese «menos mal» que dejas así colgando no se yo.
    Te felicito por la ambientación, muy visual.
    Abrazos

  8. Espero que quien le dejó arena en el corazón no haya sido una linda gatita jeje. Muy original, abierto a varias interpretaciones desde perversiones sexuales hasta que todo sea una triste alegoría del despecho. Suerte en las elecciones de marzo.

  9. ¡Siempre es un placer recibir tus comentarios, amigo Juan! Por cierto, ya he leído tu enigmático relato, aunque (de momento) no me deja comentar. Supongo que el adorado JAMS lo solucionará en breve… Te puedo anticipar que he entendido lo del sanatorio para tuberculosos, la identidad de la bella dama, pero aún no he logrado descifrar lo que significa el nombre de los dos hermanos. Poco a poco…

  10. Jerónimo Hernández de Castro

    Fernando el clima, la escena, las sensaciones … todo soberbio parece que uno está en Cuba. El final a mí me supera jajajaja Enhorabuena y mucha suerte

  11. Esther Gomez

    Estrabamkos en Cuba y de repente…
    Me gusto mucho y me rei mucho con tu final. Da gusto leer cosas diverrtidas.
    Ubn beso

  12. aurora royo

    Fernando, eres malillo y perversillo!! Ummmhhh, que mala intención en tu escritura!!

    Y además (ahora, después de visitar al Maese) puedo decir y digo que un gran detective detectivesco (no me voy a olvidar que encontraste el significado oculto de la fórcola de Epi).

    Abrazo.

    1. Aurora, no pienses tan mal de mí, que en el fondo (fondo) malo no soy…

      Lo de detective, dejémoslo en casualidad… ¿Sabes la anécdota esa de que alguien tiró una piedra al río, le dio a la trucha más grande y ganó el concurso de pescadores sin saber pescar? Pues lo mismo. Tan complicado sería repetirlo como que yo ganara el premio Alfaguara de novela o a ti te nombraran jueza de Donostia…

      Un beso. 😉

  13. Modes Lobato Marcos

    Oh…oh…
    Que echen de la isla a ese borrachuzo, o las perrillas no podrán volver a caminar tranquilas!!!
    Aunque seguro que tu prota piensa que la culpa es de ellas por ir provocando…
    Nunca sabrá esa, sin duda, bella caniche lo cerca que ha estado de que un humano, cachondo cómo un mandril, le hiciese tras tras por detrás.
    En España esas cosas no pasan. Aquí si no hay mermelada y visitas sorpresa de Ricky Martín…

    1. Jajaja, me has echo reír con tu comentario, Modes, ¡qué razón tienes! Hum, sospecho que conoces al personaje mejor que yo mismo, ¿no será que te es familiar?

      Por cierto, ¿tienes perrita? Yo no tengo, te lo juro…

      Un abrazo, y gracias por pasarte por aquí y comentar.

  14. Hola, Fernando.

    Conmigo también te has quedado y me has dado un respiro porque llevaba varios micros que narraban situaciones duras… Así que olé por la caniche y olé por ti que has ideado un micro divertido y descriptivo.
    Un abrazo y suerte.

  15. Ana Fúster

    ¿Qué te puedo decir que no te hayan dicho ya? Ingenioso, divertido, bien ambientado, el primer párrafo tan poético, el segundo tan sabrosón y el tercero con ese final tan inesperado, a pesar del título. Muy bueno. Besos.

  16. Ja,ja,a mi también me has llevado al huerto: pensé que el título rondaba algún giro local. Zoofilias aparte, yo temo por esa caniche: si no es gigante hay cesárea a la vista.
    Un beso y suerte Fernando

    1. Pues hablando de giros locales, Eva, te voy a contar una cosa que me pasó en La Habana. A mí me encanta la fruta, y en todo el Caribe hay magníficos ejemplares… Me hospedé en el hotel Sevilla y tomé papaya para desayunar. Me gustó tanto, que le pedí al camarero que me dijera dónde podía comprar papayas… Y me recomendó, por lo bajito, una dirección del barrio de Regla, y me dijo: «Señor, allá todas son muy decentes y buenas personas, incluso mi prima, que se la recomiendo. pero la necesidad es lo hace, ¿sabe usted?». Extrañado, le señalé la bandeja de fruta de la que me había servido… Colorado como un tomate, me explicó que esa fruta se llamaba «Fruta bomba», porque (en Cuba) la «papaya» era otra cosa…
      Muchas gracias por pasarte y comentar. Un beso muy grande. Ah, y si me encuentro con la perrita le preguntaré por el final de la historia con su amigo alemán.

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