Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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51. Buscando refugio (María Rojas)

Mi tío Luis tenía una radio transoceánica. Cerrada, parecía un maletín de viajante siempre a punto de emprender el camino. Abierta, era el universo. La había canjeado por un libro de Dostoievski a un capitán que, de tanto oír el rugir del mar y el trepidar de las calderas, había ensordecido y mimaba su alma leyendo.

En la parte superior de la radio se aplanaba la tierra en azul y plata.  Abajo, solitaria, abría los pétalos triangulados la rosa de los vientos que, desde Plinio el Viejo, está empeñada en señalar los rumbos que rompen el horizonte.

Mas cuando verdaderamente caíamos en el hechizo de la transoceánica era los sábados, día en que nos permitían quedarnos hasta tarde oyendo salir de su caparazón metálico voces y músicas babélicas, entrecortadas por ventiscas furiosas.

Nos reíamos alborotando. El tío pedía silencio y, con las pestañas humedecidas de melancolía, huía, rastreando en lejanías las coordenadas de su fracaso.

 

31 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Una radio cuyo alcance no tiene fronteras, capaz de navegar por todos los océanos; un verdadero refugio para almas inquietas; un dispositivo contenido en un maletín de viajante en el que caben todos los mundos. Un ingenio capaz de mimar el alma, igual que un libro.
    Suerte y un abrazo, María

  2. Ton Pedraz

    Mundo bello y enigmático en el que nos sumerge tu radio. Historia que huele a mar, repleta de frases preciosas que, con tu permiso, me anoto en la libreta.
    Mucha suerte María.
    Ton.

  3. María Rojas

    Mi querido Juan, se nota por tus escritos que eres una persona que anda rondando mucho el mar y sus ensueños.
    Un feliz año y buena salud.

  4. María Rojas

    Edita, Ezequiel, Tom y Mª Jesús. Mil gracias por acercarse a comentar.
    de manera tan preciosa.
    Feliz año y salud para los cuatro.

  5. Mª Belén Mateos

    Precioso sentido le has dado a ese maletín lleno de mundo interior. Una caja de ondas, música, melancolía y evasión.
    Me encanta María. Suerte y un beso.

  6. Blanca Oteiza

    María, me ha parecido fantastico el relato, lleno de magia. Una caja preciosa que te transporta a otra dimensión.
    Suerte y abrazo

  7. Ana Fúster

    Historia por un lado de una nostalgia y por otro de una frustración, vestida con unas frases realmente cuidadas que a mí, al menos, me han hecho recordar las sensaciones que me provocaban ciertas lecturas de mi infancia, cuando el despertar de la imaginación me llevaba a crear mundos asombrosos. Me ha encantado lo de «voces babélicas». Besos y suerte.

  8. Enrique Mochón Romera

    Un hermoso relato enriquecido por un sinfín de detalles que te transportan a un mundo extraordinario. Estupendo final.
    Enhorabuena y suerte, María.
    Un abrazo.

  9. Hola, María.

    Un micro con ese poso de nostalgia que te llega dentro. Un maletín-radio que le hace navegar hacia otros mundos.
    La frase final me ha dado un pellizco dentro: «El tío pedía silencio y, con las pestañas humedecidas de melancolía, huía, rastreando en lejanías las coordenadas de su fracaso».
    Un abrazo y mucha suerte.

  10. Otra sorpresa que me llevo. Realmente es un relato nostálgico de una época en el que la radio transmitía morriñas, como hoy. La emigración es muy dura. Me han gustados algunas ideas, como el intercambio con el capitán, la descripción de la radio universal, u las voces babélicas (me encanta). El final, el fracaso (falta de trabajo, perder una guerra, tantas cosas). Oro relato que creo que estará en el libro (no he leído todo). Felicidades de todas las maneras, y cada vez me lo ponéis más difícil.

  11. Antonia

    Cuanta poesía y cuanta magia cabe en una pequeña radio. Todo un mundo de imaginación y belleza en tu relato. ¡Quien tuviera una radio así¡

    Espero que te lleve la noticia de un premio. Abrazo.

  12. EDUARDO MARTÍN ZURITA

    Hola, María.
    Es un relato el tuyo, sobre bien, tremendamente bien escrito: salta a la vista por sus cuatro costados, que nos centra en la radio y en ese tío. Una y otro, descritos como tú lo haces, como tú consigues hacerlo, eleva a ambos a una categoría desacostumbrada, excelsa, inmensa. Y en medio el contrapunto de los más jóvenes difuminando otras nostalgias.
    Lo no contado y solo sugerido lo redondea y viene a convertirlo en un breve texto gigante. Buen tiempo, como dices tú. La suerte no la necesitas.
    Besos.

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