01. EVANESCENCIA
Casi veinte años. Había pasado mucho tiempo. Le reconocí en cuanto vi las fotos en comisaría; no había que ser muy buen fisonomista para distinguir en él nuestros mismos ojos azules, las orejas apuntadas de mi hermano Tomi, el ligero estrabismo familiar… Pero ya estaba viejo y estropeado, y apenas podía acordarme de que llamaba «mami» a mi madre, que aparecía siempre por mi cumpleaños y que le gustaba sorprenderme con su afición al ilusionismo: ocultaba mis caramelos en el puño y los mostraba convertidos en monedas doradas.
Había llegado el momento. Llevaba semanas persiguiéndole por identidad falsa y un par de atracos a mano armada. Decidí terminarme el café en la barra antes de acercarme, enseñarle la placa, preguntarle si era él, si recordaba que tuvo tres hijos antes de desaparecer e informarle de que estaba detenido. Tal vez me precipité, tal vez desenfundé mi arma demasiado pronto, tal vez debí adivinar que buscaría hacer un último truco y que ese teléfono móvil que sujetaba en su mano, ahora tibia, no era antes un revólver.
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Precioso título para un final que cae como una losa. Muy bien «armada» la construcción, no me esperaba el desenlace.
¡Suerte!
Besosss
… naaaahhh, no creo que me lo elija el jurado… jajajajaja… Gracias Nuriiiii!!!
El abandono del hogar, más cuando hay descendencia, es un delito tipificado en el Código Penal, como también los atracos. El agente que termina por abatir a su propio padre también será sometido a la ley, va a tener que dar explicaciones, intentar dejar claro, en su alegato, que si disparó fue con el convencimiento de que defendía su vida de manera legítima, pero para ello, primero, tendrá que estar convencido él. Los tres «tal vez» de las últimas líneas dejan en duda si la reacción de emplear su arma reglamentaria fue un acto reflejo, o, si pesaron o no, en ese gesto, factores personales.
Me ha alegrado volver a leer, después de mucho tiempo, a alguien que no solo es el alma de esta página, una feliz creación personal que forma parte de muchas vidas, sino que también ha aportado en ella muy buenas historias, como la presente.
Un abrazo, Juan
…qué bien lees, compañero, siempre… y qué suerte es tenerte en esta casa… gracias
Muy bien hilado,ojalá los sentimientos y dudas que le asaltan al protagonista gozaran de la misma evanescencia que los trucos de ilusionismo.
Me ha gustado mucho.
…en algunas ocasiones somos artífices de que determinadas coas se desvanezcan… a veces… Muchas gracias!!!
Una trama bien urdida para sorprender al lector con ese giro final, donde ambos hermanos ocupan ambos lados opuestos de la ley, aunque tu intención narativa era plantearnos hasta qué punto la ilusión unida a la precipitación, pueden crear auténticos despropósitos.
El título es otro más de tus aciertos, querido compañero y jefe ENTEnciano.
¡Felicidades y suerte!
Un beso.
… mi relato no participa en el concurso, pero disfruto de esa «suerte» que me ofreces al disfrutar de vuestros comentario… Muuuuchas gracias !!!
Esa palabra del título confieso que no figura en mi léxico, pero la trama me llevó a un final inesperado. Una joya de relato Jams. Felicitaciones!!
Extraño no poder subir un relato mio, pero el sistema no me quiere.
Habrá que seguir leyendo los buenos relatos de estos genios que deleitan mis pupilas.
Un abrazo amigo.
Un relato excelente, Jams, con un título precioso un final donde la magia se desvanece.
Enhorabuena, me ha encantado.
Besos apretados.
Te ha quedado una historia de película, El ambiente, los detalles, el tempo, todo bajo control, con su pizca de nostalgia, con ese toque familiar que atrapa, y un final marca de la casa. Pues eso, que fenomenal.
Un beso.
Hola, Jams.
No soy sospechoso de ser adulador. Me gusta seguir la máxima de la canción de El Último de la Fila «Cuando el mar te tenga» que dice: «Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio no lo vayas a decir…» En esta ocasión si lo voy a decir, porque si yo fuera jurado este relato tendría puntos. Me ha gustado el género, la historia y la forma de contarlo.
Un abrazo generoso y totalmente saludable, querido Boss.