Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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1º CONCURSO «LA CUESTUCA»

Con motivo del 9 º ENTCuentro que celebraremos el próximo 7 de marzo en la villa de Comillas queremos invitaros a participar en este concurso que le hemos propuesto a LA CUESTUCA, el restaurante donde comeremos y cenaremos el día 7 de marzo, con el objetivo de que desde sus mesas ya nos lleguen algunos efluvios de … inspiración.

Asistentes y no asistentes al ENTCuentro, estáis todos invitados a este

1º Concurso de Microrrelato LA CUESTUCA

Sus bases son las siguientes.

1 – Pueden participar usuarios de la web estanochetecuento.com y amigos y conocidos de la página.

2 – Podrán presentarse un máximo de 2 relatos por autor.

3 – El relato, que se publicará únicamente como comentario en esta entrada del blog www.estanochetecuento.com, y tendrá un máximo de 100 palabras sin incluir el título.

4 – El relato será de temática libre, pero será obligatoria la aparición en algún momento del relato de un puerto pesquero.

5 – El plazo para su presentación será desde la publicación de este post y durará todo el mes de febrero de 2020.

 

6 – El jurado estará formado por los representantes del restaurante. En el caso de que alguno de los ganadores no se haya identificado debidamente será inmediatamente eliminado y el premio pasará al siguiente.

7 – Este concurso se fallara publicamente durante la cena del próximo 7 de marzo en el restaurante La Cuestuca.

8 – El premio para el relato ganador es una cesta de productos locales y la inclusión del relato en el recopilatorio Esta Noche Te Cuento de 2020.

62 Responses

  1. 53. ESPERANZA
    A María le gusta el olor a salitre y la humedad que cala en su cabello, rizándolo y despeinándolo como si fueran sus manos, las de Juan, las que lo alborotan. Sentada frente al puerto pesquero se siente feliz. Cada anochecer espera hasta el último barco que llega de faenar, con la esperanza de que Juan descienda de él. Pero vuelve a casa sola. Hasta la mañana siguiente, en la que repite el mismo ritual. Extiende la manta, saca del cesto de mimbre el termo de café y el pan. Y deja que la brisa marina acaricie su rostro.

  2. CALAMANDA NEVADO CERRO

    54. Correrías

    Bajo el relente de estrellas del puerto pesquero, ajenas a nuestra risa, observamos una de ellas dispuesta a salir disparada como una flecha y concedernos un deseo. Por fin vuela y nos besamos bajo esa poca luz. Seguimos besándonos e intentando no pisar los charcos. Cada vez más ilusionados llegamos, sin querer, a la acera de enfrente de tu casa. Acabas de decirme al oído, “verás que noche he preparado para nuestro segundo aniversario”. Me coges por las caderas, giro la cara y veo tras el cristal del comedor encendido las siluetas de tu familia; Cuánto envidio esa escena sencilla.

  3. CALAMANDA NEVADO CERRO

    55. Morir de frío
    Parecía feliz mientras preparaba la maleta grande, lo conozco bien. Ya tarde quedamos en las hamacas de popa de nuestro barquito, lejos del puerto pesquero. Debía agotar mi capacidad de permanecer en calma y callada aunque no tolerara a otra mujer en su vida, pero lo odiaba tanto que empecé a verlo pequeño, cada vez más diminuto. Vino hacia mí y le sonreí despacio, luego dejé de mirarlo de frente. Necesité girarme para empujarlo fuertemente al agua. Viéndose perdido me ofreció la mano, no se la tomé.
    -Que te la estreche tu sirena en el mar, le dije suavemente, adiós-.

  4. RESPUESTA (versión corregida)
    Es incuestionable, ella es la mujer de mi vida. Desde hace días espera que yo diga algo. Me ama profundamente. El autobús avanza por la autopista costera y, con mucha emoción, observo aquel puerto pesquero adonde acudía con mi padre a abastecernos. Pronto lo dejamos atrás. Mi esposa sostiene mi mano con ternura y mira mi rostro a cada momento, merece saber, debo afrontarlo. Avergonzado y, con temor a las decisiones posteriores, reconozco: «Fui yo quien extrajo los valores de la caja fuerte de tu padre». Está sorprendida, mas me abraza y dice: «Tranquilo, no pasa nada».

  5. 56. Evolución

    Al final terminamos adaptándonos. Eso que llaman evolución. Las doradas de plástico se consiguen con cierta facilidad, sobre todo en enero, cuando hay que deshacerse del cotillón. La pesca de la caballa artificial repunta en primavera, y la merluza rellena de papel burbuja es deliciosa. Hemos aprendido a cocinar navajas oxidadas, pulpos de peluche descartados como animales de compañía, y hay que ver qué sabor tan logrado a botella desechable tienen los besugos. Hoy hemos ido a la lonja del puerto a comprarlo bien fresco. Lo bueno que tienen los nuevos pescados es que no necesitas refrigerarlos. Son muy ecológicos.

  6. Mei Morán

    57. Huecos
    El más curtido de los marineros preguntó a la anciana del noray que a quién esperaba. Contestó ella que aguardaba un barco. Anocheció. La boca oscura del mar escupía por las comisuras del malecón espuma emberrinchada. Con el alba volvieron los pescadores de faenar. La luz hería las nubes y sangraban. El pescador se acercó de nuevo a la mujer aterida. Con un hilillo de voz le habló del hijo, del muchacho de la foto amarillenta y antigua que apretaba contra su pecho. Un joven lampiño pegado a una maleta, a su espalda el Winnipeg, a punto de zarpar.

  7. 58. FELICES MEMORIAS
    Cada año vuelvo a este lugar, me gusta su aroma. En un puerto pesquero que apenas sobrevive, se forjó un amor que perduró por mucho. Disfruto al pensar en ello: mi novia y yo paseábamos todos los días a la orilla del mar, tomábamos peces prestados y jugueteábamos con ellos, corríamos en la plaza y, en general, estábamos siempre juntos. Claro, así es como me gusta la historia. ¿La verdad? En menos de un año, ella dijo con sinceridad que no me amaba como yo a ella. Unos meses después, ya se había casado con otro; y no supero eso.

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