39. Fiesta de cumpleaños, astronomía y algo de física (Montesinadas)
En el techo de aquella nave transparente se acumulan estrellas oscuras nutridas con deshechos de tarta. Huyen fugaces de la tormenta de manos y patadas de los niños que salen despedidos del tobogán más alto. Con cada manotazo las nubes oscilan de un lado a otro, por la energía cinética, y en su movimiento pendular ocultan un sol enfermizo, manoseado y pegajoso, que apenas se deja ver unos segundos. El tiempo suficiente para dibujar la silueta de unos cráteres que recorren las paredes y absorben las últimas estrellas moribundas de cartón piedra, o se tragan a una niña con pecas con el vuelo desviado, víctima de la fuerza de la dinámica provocada por la lluvia ácida del confeti.
Al otro lado de los cristales, los adultos saludan, mueven las manos y tragan medianoches de jamón y cervezas a morro. Abajo, de repente, un hongo nuclear, un destello cegador y la onda expansiva de un gigante que lo arrasa todo. Es papá que, sin soltar la lata de cerveza, ha seguido mis pasos hasta un punto de no retorno y se ha lanzado al vacío sobre el océano de bolas. Luego se arrepentirá, pero a veces, la gravedad produce fenómenos inexplicables.
Qué divertido Manuel! Y qué plástico, es como estar viendo la escena en vivo y en directo. Me trae recuerdos de los cumpleaños cuando mis hijos eran pequeños y, en efecto, aquello era todo un caos estelar.
Un abrazo y mucha suerte.
Con lo diferentes que son los mundos de los que habla tu relato, hay que ver lo bien que les has hecho encajar. El tono, el tema, la trama, todo me gusta.
Mucha suerte, un abrazo, Manuel.
Hermosa fusión con dos mundos tan diferentes aunque coinciden en algo, en ese hermoso caos que ocasionan los dos. Muy divertido y original,Manuel
Maravillosa Montesinada, muy divertida. Nos has mostrado un espacio totalmente maleable y flexible donde jugar y divertirse. Te felicito.
Nos leemos.
Tal cual lo cuentas, ni sobra ni falta nada, ¡está genial!
Las fiestas infantiles son un caos maravilloso, conforman un universo propio e impredecible,por más que intenten organizarlas y reducirlas a un espacio acotado. Bendita infancia, que cuando se marcha ya no vuelve, aunque en el fondo nunca se va del todo, como lo demuestra ese padre transgresor y juguetón, quizá fuera de lugar, pero muy simpático, como este relato.
Un abrazo y suerte, Manuel.
Hola, Manuel. ¡Qué delicia de relato!, te quedó súper esa utilización de términos de la física espacial en la descripción de un cumpleaños infantil. Es un texto lleno de toques geniales como la niña pecosa con el vuelo desviado o esa impagable figura de un sol “enfermizo, manoseado y pegajoso” Un micro que pide al lector una nueva lectura y lo deja disfrutando con una sonrisa que no se quiere ir.
Enhorabuena y un abrazo
Después de varias lecturas, la última ha sido ya para disfrutarla. Qué derroche de imaginación, Montesinos, me lo he pasado genial, gracias por invitarme a tu fiesta.
Un besazo y ¡suerte!
Poco que añadir a lo comentado por los compañeros. Sólo reiterar mi admiración por tus letras.
Fuerte abrazo y felicidades.
Una metáfora sideral tan alocada como los cumples en los parques de bola. Enhorabuena por tu mirada superoriginal. Lo he disfrutado mucho.
Hola, Manuel.
Esta Montesinada te ha quedado de lo más descriptiva y original. Felicidades.
Un cálido saludo.
Hola Manuel he pasado un rato divertido en tu fiesta y te felicito por la forma tan original que utilizas al narrarlo. Riqueza y soltura en cuanto al vocabulario, metáforas ingeniosas y ese punto divertido como corresponde a lo que es, una fiesta infantil.
Saludos
Una verdadera singularidad tu relato. Gracioso, ingenioso, original…, en el que acaba llamando la atención ese padre venido arriba, mitad coloso, mitad bomba; un fenómeno tan divertido como difícil de explicar. Mucha suerte con este relato que brilla con luz propia. Un abrazo, Manuel.
Fresco y divertido. Lleno de magia y fantasía. Quien se cuele en esta fiesta disfrutará sin duda de la lectura de un buen micro. Saldrá con una sonrisa puesta y hasta con el pelo mojado por esa lluvia ácida del confeti. Enhorabuena Manuel.
Me chifla, Manuel. Qué original y divertido. Y cuánto arte al escribirlo. Va a lucir precioso en el libro. Abrazos.
El narrador, un niño con voz de adulto, dibuja un cuadro con una visión oscura, con desechos, estrellas que huyen, tormentas, patadas, niños despedidos, un sol enfermizo, estrellas moribundas, niña tragada y lluvia ácida. Y mira la algarabía de los adultos dándole a la cerveza y nos cuenta la aparición de un peculiar hongo nuclear. Un relato muy abierto que al expandirse en la mente del lector puede también generar una inquietud inexplicable. Enhorabuena, Manuel.
Un abrazo y suerte.