49. Composición interminable (Montesinadas)
Cada mañana, la nueva vecina, la pianista, cuelga del tendedero hojas mojadas de papel pautado que rezuman pentagramas y partituras llenas de nostalgia. Los acordes de tinta descienden por el papel y se derraman, gota a gota, en trágico silencio.
Todos podemos sentir cómo caen al vacío las notas sin emitir sonido. Un sentimiento de enorme tristeza impregna las paredes y la ropa tendida que, la mayoría de las veces, no tenemos tiempo de retirar y cuando las usas conservan un aroma extraño, mezcla de suavizante, tinta y sal de lágrimas. Al final de la tarde Marina, la del bajo, recoge con la fregona el charco negro que anega su patio y lo hace en silencio, sin quejarse.
Cuando llega la noche, la compositora recoge las hojas ya secas, sin rastro de métricas o compases escritos y vuelve a tocar. El sonido melancólico del piano se filtra por las ventanas, envuelve los cuerpos de los durmientes, acompaña a los desvelados, atraviesa la carretera y llega a los adosados de las afueras. De madrugada, la ciudad entera siente el pesar de la artista despechada cuyo llanto no le permite terminar la sinfonía.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
MICHAEL STIPE AND BIG RED MACHINE – No time for love like
https://youtu.be/wSKMcGB_7bY
Rafa muchas gracias por esta invitación musical. Gracias.
La música, como la literatura, constituye un medio muy válido para expresar emociones y compartirlas con otros. Sacarlas fuera, sobre todo cuando hacen daño, es la mejor terapia para que no se instalen para siempre.
Llegará un momento en que tu protagonista dejará de sufrir, aunque ahora parezca inmersa en el bucle interminable al que alude el título, o al menos, se le hará más llevadero. Entonces su música quizá tenga un efecto permanente, las notas quedarán bien impresas en tinta. Tal vez también hará partícipes entonces a los vecinos de su alegría, como antes lo hizo de su dolor, al que ellos responderán con el mismo respeto y añadirán una sonrisa.
Un relato singular, lleno de simbolismo, sentimiento y solidaridad.
Un abrazo, Manuel. Suerte
Gracias Ángel, siempre ahí para el análisis y la lectura. Espero que te haya gustado. Un saludo!
Que toda la ciudad escuche esas notas atormentadas es como cuando sopla una brisa en plena canícula.
Muy bonito, maestro Montesinos.
Un abrazo
JM
Querido amigo JManuel, hacía tiempo que no entraba en esta casa, cosas del día a día, pero hemos vuelto. Gracias por tu comentario y lectura. Abrazos
Como una balada triste es esta historia que, como cualquiera cuya causa es el desamor, requiere de tiempo y cuidados. Me estoy poniendo triste también así que solo decirte que está bien entonada.
Gracias por la lectura y el comentario. Gracias.
Me parece un relato de los de poner en el libro. Mucha suerte, Manuel.
D.Alberto, muchas gracias por tus palabras y tu lectura. Un saludo!!
Las notas que van cayendo sin papel y sin sonido, desdibujándose, desanimándose, como en un anime de Miyazaki…una imagen poderosa y hermosa.
Un abrazo