Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEGUNDO RELATO DEL CONCURSO DE ESCRITURA RÁPIDA 10º ENTCUENTRO

Este segundo relato de nuestro concurso hace homenaje al Alojamiento Rural Sendero del Agua, utilizando alguno de los elementos de su entorno y una palabra clave que ya forma parte de su identidad.

 

Estas son las condiciones del segundo ejercicio :

 

    • *Máximo 100 palabras. En caso de duda usaremos el contador de la web contadordepabras.com
    • *25 minutos desde la publicación del post. 
    • *El relato debe desarrollar la idea … “Un sendero desconocido
    • *El relato debe incluir la palabra… mermelada

 

Tenéis que entregar el relato en el formulario que se abrirá en ESTE ENLACE

20 Responses

  1. Jugador num 11
    Otra historia más

    Se adentró en el bosque, aunque su madre le había ordenado que no lo hiciera y que jamás siguiera un sendero desconocido. Que ya sabía lo que les había ocurrido a todos aquellos niños de aquel pueblo infestado de ratones. Que, por desobedientes, acabaron en el fondo del lago.
    Harta de escuchar siempre la misma historia, se fue más allá del círculo de rosales. Allí se sentó, abrió su cesta; hambrienta, devoró todas las galletas con la mermelada de fresas. En el último bocado un ejército de ratones la rodeó.
    Otra niña más de la que nadie recuerda su historia.

  2. Jugador num 2
    EQUÍVOCOS

    Con la excusa de regalarle un tarro de mermelada de arándanos, el viejo libidinoso atrajo a la niña por sendas ignotas del frondoso bosque. Al llegar a un claro, empezó a quitarse los pantalones mientras la pequeña miraba por todas partes tratando de descifrar dónde estaría la deseada confitura. Afortunadamente, un guardabosques que pasaba por allí, viendo la escena, sacó de su zurrón un rollo de papel higiénico para el anciano y se llevó a la que suponía su nieta, a comprarle la mermelada en el supermercado.

  3. Jugador num 3
    Valió la pena

    Aquel día empezó de forma extraña: el sol salió por mi ventana, cuando mi habitación está orientada al oeste. Pensé que la naturaleza me enviaba una señal y decidí caminar por el bosque. En el camino principal habían cortado un árbol, dejando al descubierto un pequeño sendero. Lo seguí. Me acompañaba un sonido de campanitas y risas, que parecía venir de los troncos llenos de musgo. Pude observar en ellos como su corteza se movía de forma expresiva y, poniendo mis manos sobre ella, me cargué de energía positiva. Fue increíble.
    Y toda esta aventura, por una buena mermelada.

  4. Jugador num 1
    El sendero entre los arándanos

    El día en que nos empachamos engullendo los cinco frascos de mermelada que la abuela guardaba en la alacena alta, cogimos el sendero que, desde la pintura de la pared del sofá, invitaba a la aventura.
    Lucas y yo a menudo fantaseábamos con recorrerlo y llegar a un bosque de hadas (bueno, yo de hadas, él de ogros). La llave para entrar en el cuadro estaba en la mermelada, bastó con encontrar la llave de la alacena.
    Al final del sendero hallamos una vomitona de campeonato. Ni hadas, ni ogros. Pero a pesar de eso, el viaje valió la pena.

  5. Jugador num 20
    Otros horizontes

    Baja ligera al río. Allí la espera él cada semana. La ayuda a frotar, aclarar, escurrir las sábanas. Después las extienden juntos y él la tumba sobre la hierba. Le susurra que sus labios saben a mermelada, que es bonita, que la quiere. La enseña que el placer existe, besa sus hematomas, le hace alcanzar las nubes.
    Después doblan las prendas y le sube el canasto hasta el recodo del camino. Ella recompone su pensamiento. Suplica que su marido haya ganado la partida en la taberna, planea la cena. Pero otra vez sueña con volver a la orilla para siempre.

  6. Jugador num 6
    SELVA
    Abro camino con el machete. La vegetación es tan espesa que avanzo con lentitud. Entre la maraña de ramas veo que se abre una zona despejada. Observo escondido: un caballo pastando, una hoguera donde algo se cocina… Me llega el olor. Me acerco. Un caballo relincha y se encabrita. Oigo que llega alguien. Me da tiempo a ocultarme. Es una mujer. Deja en el suelo su arma. Echa algo a la cazuela. Tiene un aspecto que me recuerda MERMELADA de albaricoque. Al removerlo con un palo, del guiso emergen unos dedos. Es una mano humana. Avanzo hacia ella. Tengo hambre.

  7. Jugador num 18
    Me quedó contigo.

    Me adentro entre una multitud de brazos que se mueven bajo las luces fluorescentes que se encienden y apagan al ritmo de la música hasta llegar a ti. Te cojo de la lengua y caminamos abrazados por un sendero desconocido que me lleva a tu interior. Dicen que ahí es donde está la belleza, pero está muy oscuro y no puedo encontrar la salida. Huele a café y has hecho tostadas de mermelada de fresa.. Me quedo aquí, contigo, atrapado para siempre.

  8. Jugador num 12
    Cuestión de costumbre

    Aunque ya no tenía a quien llevar una cesta y su madre tampoco preparaba mermelada, Caperucita, cada domingo, se seguía adentrando por los senderos desconocidos del bosque, con la esperanza de encontrar algún lobo feroz y sentir otra vez esas cosquillas en el estómago.

  9. Jugador 19
    Caperucita

    Mamá quería hacer mermelada. Y me mandó a mí a por las moras. Puse cara de fastidio, refunfuñé, torcí los morros. No sirvió de nada: me endilgó la cesta y me echó al campo. Empecé a andar enfadada. En el sitio de siempre no quedaba ni una fruta decente así que seguí caminando. Hacía calor. Decidí meterme por un sendero nuevo del bosque; se estaría mejor bajo las ramas de los árboles. Escuchar a los pájaros me calmó. No me di cuenta de lo lejos que estaba yendo. El bosque fue cerrando su boca. Y me comió.

  10. Jugador num 13
    MI PRIMERA VEZ

    Te encontré tumbada sobre una manta encima de la verde pradera.
    Me acosté a tu lado con ganas de perder mi inocencia.
    Mis manos iniciaron un recorrido por tu cuerpo buscando el sendero desconocido al que nunca me atreví.
    Estoy mojada, me dijo y yo la respondí que también.
    Hundí mis dedos en ella y noté como si fuera mermelada, no hizo falta más.
    Nunca olvidaré mi primer amor.

  11. Jugador num 15
    Misión cumplida

    Aunque contaba con varias armas de última generación, no lograba cruzar la frontera. Muchos peligros y adversidades le esperaban al cruzar el sendero. Al llegar, varios soldados acechaban escondidos detrás de unos arbustos. Con la visión nocturna y el traje de camuflaje, pudo adentrarse en las filas enemigas sin ser visto. Tras varias horas de luchas encarnizadas, logró salir airoso. Con el objetivo conseguido, regresó a casa para recibir su merecido reconocimiento. Cuando su madre sacó la tarta de mermelada, sus amigos le tiraron de la oreja, mientras guardaba el tirachinas, las gafas de bucear y la espada de madera.

  12. Jugador 8
    Rutina

    Cuando la rutina se adueñó de nuestras vidas te propuse buscar ayuda, pero te pareció innecesario. Lo solucionamos planeando un fin de semana romántico en el que transitar juntos por un sendero desconocido: un hotel coqueto, champagne francés y mi cuerpo cubierto de mermelada. Funcionó en ese momento, pero nunca repetimos. Tus viajes de trabajo, mis reuniones hasta tarde y el fútbol con tus amigo volvieron a llenarnos de hastío. Ahora lo único que nos devuelve la ilusión es planear cómo evitarnos el uno al otro.

  13. Jugador num 21
    LA CITA

    Desde que empezó la cuenta atrás, no ha dejado de visitar el lugar. Llega, revisa que nada ha cambiado y vuelve a salir. Afuera hace sol, un día estupendo que le hubiera gustado compartir con más gente. Vuelve a entrar. De reojo, ve a una sombra que desaparece con un tarro de mermelada. Le grita pero él no la oye. Al salir, le parece distinguir la silueta caminando por el sendero. ¿Será otro que intenta encontrar el camino a casa?
    Anochece y sigue esperando. Se oyen voces acercándose. Tal vez, solo sea que sus amigos se han retrasado un poco.

  14. Jugador num 10
    Primos

    Jamás había llegado tan lejos, ni siquiera cuando hurgaba por debajo de su blusa y ella, a regañadientes, la retiraba con violencia. Por eso me extrañó verla allí sobre el camastro olvidado de la abuela, mostrándome su espalda, cubierto sólo su culo con las bragas.
    —Píntame— dijo, y señaló el frasco que dormía encima de la cómoda.
    Escarbé con mis dedos en aquella mermelada y cubrí la piel que se me ofrecía generosa, no pudiendo evitar ponerme tan rojo como ella.
    —Despacio— Volvió a decir. Y me interne en aquel sendero sin saber muy bien cual era mi destino.

  15. Jugador num 23
    La casita en el bosque

    Lo único que he hecho es adaptarme a los tiempos modernos, como bien apuntaba Darwin.
    El pan de jengibre, los bizcochos con mermelada y el chocolate los he sustituido por tablets, móviles y ordenadores.
    En el tejado he puesto una gran antena wifi de largo alcance por si no encuentran el sendero hasta aquí.
    Total, hoy en día es lo que más les atrae y está claro que con la comida no se juega.

  16. Jugador num 7
    En nombre de Dios

    Al embarcarnos con Lope de Acuña buscábamos la gloria y riqueza, pero solo habíamos encontrado hambre y miseria. Una mañana, hartos de selva y mosquitos, optamos por seguir un pequeño sendero junto al río. Unas millas después Dios tuvo piedad; ante nosotros apareció un grupo de indígenas. Desnudos y sonrientes, nos llevaron a su poblado donde nos dieron un festín a base de pescado, fruta y unos dulces que llaman mermelada. Ahítos, comenzamos nuestra misión. Mientras torturábamos a los indios buscando el oro y encadenábamos a las indias como esclavas, Fray Raimundo celebró la misa de Acción de Gracias.

  17. Jugador num 4
    Metáfora

    No era que el camino no estuviera perfectamente señalizado. Clavado en lo alto de una vara de avellano, en un trozo de corteza, ponía «Mermelada artesana. 200 metros», y señalaba un sendero mullido de hierba y salpicado de florecillas silvestres. A lo lejos se oía el rumor de un riachuelo y el canto alborotado de los pájaros.
    Sin embargo elegí avanzar por una senda pedregosa y embarrada, llena de raíces traicioneras, y abrirme paso a través de ramas espinosas por donde la luz del sol apenas lograba entrar.
    Quizá la ruta fácil la hiciera al regresar.

  18. Jugador num 17
    OLORES Y SENTIMIENTOS

    Siempre había amado el olor de la cocina, junto al lar.
    Allí se escondían esencias impronunciables que desarrollaban todos sus sentidos.
    Era capaz de oler los melocotones deshaciéndose mientras se mezclaba con el azúcar para convertirlos en una dulce mermelada.
    Y también el olor del bizcocho mientras se alzaba, orgulloso en el horno.
    Pero, sobre todo, por las emocionantes historias que desgranaban las mujeres de la familia, cuando los cocinaban.

  19. JAMS

    Este es el listado de los autores de los relatos y su número de participante:

    Juancho Plaza 10
    Esperanza Tirado Jiménez 11
    Patricia Collazo González 1
    Marian Ramos 12
    Alejandro Pozo de la Cámara 13
    Rafa Olivares 2
    Nieves Torres 8
    Esther Gómez Babin 14
    Aurora Tárrega 23
    F.Javier Cano Santa Bárbara 15
    Anna López Artiaga 21
    Eva García 20
    Susana Revuelta 4
    Ernesto Ortega 18
    Manuel Menéndez Miranda 7
    M.Carme Marí 3
    Isabel Torralba Mena 19
    Alberto Muñoz 6
    Gloria Arcos 17

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