79. SEGÚN EL CRISTAL (Concha García Ros)
El hecho de que una foto pueda cambiar según quién la mire es algo que no deja de asombrarme, pero justo eso es lo que pasa con la que tengo guardada en el cajón de la mesilla. Parecemos una familia feliz, estábamos de excursión en el monte y recuerdo haber jugado con Tobi en el margen del río. Me sentía libre. Para mamá es un recuerdo triste, porque poco después sufrió un aborto. Papá prefiere no hablar de ese día, ni de esa época, cuando tenía trabajo y las cosas iban bien, cuando no se sentía un fracasado. Y el abuelo la mira y sonríe, dice que su madre parece muy joven y que quién es ese señor mayor que está a su lado.
La memoria se estanca en las fotos y en la cabeza. Enhorabuena.
JM
Para mí lo más interesante de las fotografías son las distintas historias que nos podemos contar a partir de ellas, unas ciertas y otras inventadas. Gracias por pasarte y comentar, Juan Manuel.
Tu relato deja bien patente, a partir de una sencilla imagen familiar, que existen tantas miradas dispares a partir de una misma realidad como personas, cada una condicionada por sus particulares circunstancias.
Una tarea siempre a superar es la de ponerse en el lugar del otro y no exigir solo que nos comprendan, cuando nosotros ni siquiera intentamos hacer lo mismo. Existen excepciones. Tu narradora (la imagino femenina y joven) sí sabe ver las cosas desde fuera, observar en su conjunto e individualmente lo que advierte que otros perciben y contarlo de forma objetiva, relatándonos algo que sabemos pero olvidamos con frecuencia, que no es otra cosa que la vida misma. Demostrando también, con esta historia, que no es necesario inventar mundos imaginarios para crear composiciones literarias de interés, basta con mirar un poco debajo de lo cotidiano.
Un abrazo y suerte, Concha
Gracias, Ángel. Siempre es un placer tu visita. Estoy de acuerdo contigo, difícil ponerse en el lugar del otro, poder conocer lo que él observa, cómo lo observa, pero es bonito intentarlo y también jugar a descubrir detrás de la cotidianidad algunos de sus mil matices. Un abrazo.