Su joven esposa le pidió la Luna. Complaciente, subió a buscarla y se la amarró a la muñeca con hilo de acero. Ella rompió la atadura con los dientes y desapareció. Para siempre.
La luna me inspira, no sé si para bien… 🙂
He puesto un relato nuevo. Disculpas a los que habían leído el primero, especialmente a Inés que ya había comentado.
No volverá a ocurrir.
Las hay de un capricho… cuando tienen lo que quieren, desean otra cosa…
Edita, te leí y no te podía comentar. Ahora al leerte de nuevo, me ha parecido a mí que también estaba en otro planeta.
Bueno, mejor, dos por el precio de uno. Besos.
Van a tener que abrir un blog para comentar tus comentarios o para recopilarlos o algo así, porque hay qué ver como adornan y cómo divierten. 🙂 🙂 🙂
¡Y ya me tarda que comentes mi comentario en tu relato! Me haces ir allí 20 veces por día. Lo haces adrede, ¿no? 🙂
Un relato redondo, como una luna llena, plena, total… Me uno a la rebeldía integral de tu personaje femenino: ¿para qué está el amor, sino para complacer al otro aun a su costa? Pues eso.
Enhorabuena. (Por cierto, que quise comentar tu relato hace unos días, pero no había enlace para los comentarios. Raro, ¿no?)
Muchas gracias por tus amables palabras. Me estás acostumbrando mal, a ver si voy a creerlo… 🙂
Pues no sé que pasaba con el enlace de los comentarios, también Virtudes me ha comentado algo parecido. Será la Luna. Menos mal que se ha arreglado.
Un relato perfecto que además parece sacado de la misma ilustración. Me parece una virguería de esas que sois capaces de hacer con tan pocas palabras y que además hacéis tan bien que dejan abierta mil puertas a las interpretaciones que se les quiera dar. Mucha suerte 🙂
Tus comentarios siempre son amables, pero esta vez te has pasado. 🙂 Me hace gracia lo que dices de la ilustración porque, aunque no fue adrede, tan pronto como subí el relato, vi esa correspondencia plástica y me agradó. Mil gracias.
Mil gracias. Que sepas que entre los títulos que barajé (siempre doy muchas vueltas antes de decidirme, estaba uno que hablaba de los diferentes idiomas.
O sea, que le pide la luna, ¿no para ella sino para mandarle a él con ella?
Muy original tu idea, la verdad es que da para imaginar un montón de «continuará»
Si como tú dices, da para más de una continuación, casi prefiero no responder a tu pregunta y así lo haces tú a tu gusto, porque mi idea era algo diferente. Si te parece original, ya me doy por satisfecha y más. Muchas gracias.
Hola, Edita. A mi, lo que me trasmite tu breve relato es que detalles increíblemente agradables pueden transformarse en odiosos. Y todo por no saber ser generoso/a con los demás. Ay, ese sentimiento de posesión hace estragos. Ya debía haber sido eliminado de la faz de la tierra. Como la viruela (jaja).
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La luna me inspira, no sé si para bien… 🙂
He puesto un relato nuevo. Disculpas a los que habían leído el primero, especialmente a Inés que ya había comentado.
No volverá a ocurrir.
Siempre es un placer leerte, aunque sea por duplicado.
Un abrazo
¡Ohhh!, qué amable. Muchas gracias.
Edita, él daría su vida por amor y ella no vacila en romperla en mil pedazos. El título perfecto. Me ha encantado. Abrazos y suerte.
Quizás lo único decente de este relato sea el título… 🙂 Muchas gracias, eres muy amable.
Las hay de un capricho… cuando tienen lo que quieren, desean otra cosa…
Edita, te leí y no te podía comentar. Ahora al leerte de nuevo, me ha parecido a mí que también estaba en otro planeta.
Bueno, mejor, dos por el precio de uno. Besos.
:-)Muchísimas gracias, y por duplicado.
Recuerdo que traté de comentar tu otro relato, y hacía hincapié en que era extralargo…
Bien, mi adorada Edita vuelve por sus fueros.
Relato corto, contundente, de los que me atan.
Sólo que yo no voy a ser tan cretino como tu protagonista de romper esta atadura…
Un besazo enorme.
Van a tener que abrir un blog para comentar tus comentarios o para recopilarlos o algo así, porque hay qué ver como adornan y cómo divierten. 🙂 🙂 🙂
¡Y ya me tarda que comentes mi comentario en tu relato! Me haces ir allí 20 veces por día. Lo haces adrede, ¿no? 🙂
Edita, genial, como siempre. Un abrazo
¡Muchísimas gracias! Ese como siempre, aunque no quiero creerlo, me ha llegado al alma.
Un relato redondo, como una luna llena, plena, total… Me uno a la rebeldía integral de tu personaje femenino: ¿para qué está el amor, sino para complacer al otro aun a su costa? Pues eso.
Enhorabuena. (Por cierto, que quise comentar tu relato hace unos días, pero no había enlace para los comentarios. Raro, ¿no?)
Muchas gracias por tus amables palabras. Me estás acostumbrando mal, a ver si voy a creerlo… 🙂
Pues no sé que pasaba con el enlace de los comentarios, también Virtudes me ha comentado algo parecido. Será la Luna. Menos mal que se ha arreglado.
Muchísimas gracias.
Me ha encantado.
Mucha suerte
¡Qué suerte que te guste! Muchas gracias.
Qué bonita historia. Me ha gustado.
Un abrazo
Encantada de que te guste. Muchas gracias por contármelo.
Un relato perfecto que además parece sacado de la misma ilustración. Me parece una virguería de esas que sois capaces de hacer con tan pocas palabras y que además hacéis tan bien que dejan abierta mil puertas a las interpretaciones que se les quiera dar. Mucha suerte 🙂
Tus comentarios siempre son amables, pero esta vez te has pasado. 🙂 Me hace gracia lo que dices de la ilustración porque, aunque no fue adrede, tan pronto como subí el relato, vi esa correspondencia plástica y me agradó. Mil gracias.
¡No mientas que es pecado! 🙂 Sin palabras sí que me quedo yo ante tu comentario, pero tú…
Un millón de gracias.
Fantastico Edita. Con muy pocas palabras retratas una situación familiar: la de dos personas que parece que hablen distintos idiomas.
Suerte y abrazos
Mil gracias. Que sepas que entre los títulos que barajé (siempre doy muchas vueltas antes de decidirme, estaba uno que hablaba de los diferentes idiomas.
O sea, que le pide la luna, ¿no para ella sino para mandarle a él con ella?
Muy original tu idea, la verdad es que da para imaginar un montón de «continuará»
Si como tú dices, da para más de una continuación, casi prefiero no responder a tu pregunta y así lo haces tú a tu gusto, porque mi idea era algo diferente. Si te parece original, ya me doy por satisfecha y más. Muchas gracias.
Hola, Edita. A mi, lo que me trasmite tu breve relato es que detalles increíblemente agradables pueden transformarse en odiosos. Y todo por no saber ser generoso/a con los demás. Ay, ese sentimiento de posesión hace estragos. Ya debía haber sido eliminado de la faz de la tierra. Como la viruela (jaja).
Muchas gracias por el comentario. (Voy a escribir poquito, no vaya a ser que se me cuele una falta. 🙂 Ya sabes de lo que hablo…)
Edita, edita los relatos que te salen de fábula. La mejor imagen del mes, puf de escalofrío.
🙂 A ver si va a ser culpa del nombre… La verdad es que edito bastante. Gracias por mentirme tan bien.