49. Naufragio Bipolar (María José Escudero)
No tuve en cuenta las señales de peligro y entré en el camarote perseguida por él y por el otro que se atrincheraba en su ánimo. Los dos me miraron con deseo desde un mismo rostro, pero no sentí miedo porque, aunque sólo con uno compartía el desbarajuste de sábanas y susurros, estaba acostumbrada a dormir con los dos.
Apenas advertimos el silencio de la orquesta, tres campanillas anunciaron el final, y un estruendo de agua y de cristales se desmoronó sobre nuestra locura. Luego fuimos empujados con furia a la oscuridad del océano.
Sus trajes y mis sombreros navegaban indolentes sobre la frialdad del oleaje, ajenos a las voces y a los lamentos atrapados en el hielo. Después, el tiempo se detuvo en su desorden y un silencio castigador se adueñó de nuestro rumbo.
Él, aterido y suplicante, quiso abrazarse a mi cuerpo amenazado. El otro, airado y obsesivo, se aferraba tenazmente a los restos del naufragio. Siempre me había dejado las fuerzas tirando de su alma tornadiza. Esta vez, el destino se hizo cargo. Los miré sin piedad desde mi tabla de salvación: yo me rescataba, ellos se hundían. Y no me sentí culpable ni indecisa.
Preciosa descripción de la personalidad múltiple de un bipolar, el bueno y el malo, el loco y el cuerdo, y magnífico cansancio el que provoca en su pareja que prefiere al fin descansar en ese «yo me rescataba»..
Enhorabuena! Me ha encantado
Iba a hacer un comentario, pero, tras leer el de Cari, simplemente puedo coger papel calcante y copiar palabra por palabra el suyo.
Juro que incluso iba a destacar el YO ME RESCATABA como frase definitiva de hastío y cansancio por parte de la protagonista.
Relato realmente interesante y original, narrado con elegancia y supremo sentido del ritmo.
Un abrazo sincero y suerte.
(¿Te he dicho ya lo mucho que me gusta que seas mi mejor amiga?)
Muy bien contado y muy bonito
un beso
mucha suerte
María, coincido totalmente con los demás comentarios. Suerte y saludos
¡¡Qué maestría tienes para los microrrelatos!! Con cada nuevo, te vas superando ¿Para cuándo una novela?
Un besazo
Suscribo los comentarios anteriores.
Son alagos que deberías tener en cuenta.
Cada día mejor.
Un abrazo
!Cuántas cosas puede llevarse un naufragio! En este caso fueron las cadenas las que se llevó.
Muy bonito el microrrelato, Mª josé. Describes muy bien, las mentes atormentadas de las personas que por desgracia, son bipolares.
Un beso y un gran abrazo.
Lo que más me impresiona del relato es cómo transmite la evolución del sentimiento del narrador: primero resignación, luego hartazgo y al fin liberación sin remordimientos. Besos y suerte.
Interesante el sentimiento de la protagonista. Mucha suerte y lo dicho, ¿Para cuando la novela ? Un beso.
MªJosé, era difícil salvar a los dos. Me ha gustado mucho el relato y la forma en la que has integrado esa doble personalidad en la tragedia del Titanic. Abrazos.
Pues sí, se libró de una pesada carga.No me extraña que se sintiera aliviada. Un beso.
Efectivamente. Era un triángulo demasiado doloroso, y la paciencia y el amor tienen su limite.
Muchas gracias por tan generosos comentarios. Besos para todos.
Amante de dos hombres, uno se muestra y el otro se oculta, el más profundo y amenazador. La única solución perder a los dos. Ni siquiera tender la mano para salvarles.
Qué gigante el temor cuando en un naufragio de estas características, el peligro sea el hombre del que se quiere escapar.
Una historia muy buena.
Buena historia con ese protagonismo de la bipolaridad. Nos haces sufrir con ella los sentimientos tan contrariados, gracias a tus acertadas palabras. Que liberada se debió quedar.
un beso Mª José
Era difícil el reto que te habías planteado en este mes: un bipolar en un naufragio. Y lo has superado. Suerte, María José.