09. De hombres y otras bestias
El minotauro apenas se defiende, únicamente trata de distraer a Teseo mientras los jóvenes recogen el hilo buscando el camino de salida. El ateniense le hunde hasta diez veces la espada en el corazón, consumido por una rabia fruto de la conjura de aquellos que le debían obediencia. Desconoce que tras volver a arrojar a los muchachos al interior del laberinto, Ariadna ha marchado abandonándole a su suerte. Con el paso de los días, el cuerpo de Teseo se asemeja cada vez más al de un toro, aunque todavía es posible vislumbrar un vestigio de humanidad. Se ensañará sin motivo alguno cuando encuentre la carne fresca que vaga perdida por pasadizos que no llevan a ninguna parte.
Hola, Lluís.
Aquí nos encontramos. Como ves, he comenzado a pedalear y no estoy pensando en poner freno.
Fino sentido para dar una vuelta de rosca a un mito. Muerte, como podemos esperar, y renacimiento, inesperado. Como acostumbras, bien contado, con las palabras adecuadas. Suerte.
Hola Íñigo, me alegro de encontrarte aquí y de que te hayas decidido a coger la bicicleta del micro. Aunque no tenga mucho tiempo para comentar, me leo todo lo que puedo, espero ver algo tuyo pronto. Y gracias por tus amables comentarios. Suerte para ti también, un abrazo.
Me ha gustado mucho como has dado la vuelta en pocas palabras al mito del Minotauro, un ser que me fascina por su soledad y al que yo también escribí un cuento en este mismo lugar.
Genial esa metamorfosis.
Gracias por tu comentario, Paloma. He recuperado tu relato, que no había leído, y también me ha gustado. Curiosamente, tu minotauro solitario y marginado podría ser perfectamente el que aparece en esta historia. Un saludo.
Lluís, has ambientado muy bien tu version del clasico. suerte y saludos
Gracias Calamanda, mucha suerte para ti también, que supongo participarás. Un abrazo.
El propio relato es un laberinto, ajustándose perfectamente al tema mitológico tratado y enredado.
Gracias Edita. Me ha gustado eso de ver el microrrelato como un laberinto. Un abrazo y ¡suerte!
Clásico, sin perder la esencia y con tu estilo propio. Saludos, Antonio
Muchas gracias, Antonio, eso pretendía, reinterpretar la escena y los personajes sin desvirtuarlos. Un saludo.