72. Billete de ida (Blanca Oteiza)
Como en un viaje en tren, nos acurrucamos viendo pasar el paisaje. A veces verde, otras estéril como la vida que se termina. Frente al ataúd el canto de los pájaros ajenos al dolor, rompen el silencio del llanto. Nos abrazamos fuerte mientras se cubre de tierra su cuerpo inerte.
Como en un viaje en tren, subirá más allá de las nubes y se reunirá con papá. Nos acurrucamos para seguir contemplando el paisaje, ahora ya sin guía ni faro dónde mirar.
Blanca, has elaborado una trama muy visual a partir del viaje en tren. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda.
Un abrazo
Un momento tan doloroso como inevitable, el del último adiós, en un viaje sin retorno final, al menos a la vida conocida. Cuando una ausencia se siente como un vacío doloroso es porque se ha dejado buena huella. El deseo de que pese a todo le aguarde algo mejor es una esperanza universal, que algunos llaman fe, a caballo, como este relato, entre lo humano y lo divino.
Un abrazo y suerte, Blanca
Muchas gracias Ángel,
siempre bienvenidas tus palabras donde diseccionas muy bien los relatos.
Un abrazo fuerte
Muy escueto Blanca, pero nos narras la vida de esos seres, el dolor que sienten en ese momento al saberse perdido, sin esos seres que eran sus guías. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias Nani.
Hay personas en la vida que son guías y faros de referencia.
Un abrazo
Qué luz la de las madres, los grandes faros de la vida…
Es un micro breve, pero no por ello menos poético o conmovedor. Un momento tristísimo, de inflexión en la vida filial, muy bellamente contado.
Te felicito, BLANCA.
Un ?, Mariángeles??
Muchas gracias Mariángeles,
Las madres son el gran faro en la vida.
Besos
Un buen micro. Remata con precisión lo contado.
Abrazos otoñales.
Gracias María por comentar.
Abrazos