33 De luz y de color (Alberto Jesús Vargas)
A pesar de que en su casa solían pasar estrecheces, se sentía la niña más presumida del arrabal. Soñaba con vestidos airosos, faldas de vuelo y lazos de color rosa, siempre rosa. Le encantaba Marisol, la joven estrella capaz de llenar una pantalla de luz y de color. Cuando daban alguna de sus películas en el cine del barrio se las apañaba para colarse allí cada tarde si, como solía ocurrir, no tenía las diez pesetas que costaba la entrada. Quería ser como ella, bonita, salerosa y sobre todo, querida y admirada por la gente. Delante del espejo imitaba sus gestos y cantaba trocitos de sus canciones: “La vida es una tómbola, tom tom tómbola…”, “Ola ola ola, no vengas sola…” Mamá le reía la gracia y hasta a veces convertía en faralaes algún vestido viejo y le ayudaba a darse un toque de colorete y carmín. Rosa, siempre rosa. Sin embargo, delante de papá, dejaba de ser comprensiva y ni siquiera intervenía cuando él se quitaba el cinturón y descargaba su rabia de perdedor sobre aquel cuerpo indefenso, menudo y frágil, mientras sentenciaba que la peor deshonra para un padre es que un hijo le salga maricón.
Me ha gustado mucho, eres mi ídolo.
:)Yo, si te ha gustado, ya me doy por contento. Besos.
¡Qué bueno, Alberto Jesús!¡Con qué maestría nos vas dibujando un escenario tierno de sueños infantiles hasta que lo desgarras de forma abrupta con las últimas cinco palabras! Excelente.
Suerte y abrazo.
Gracias Rafa. He intentado pintar un cuadro con tonos rosa y al final dar un brochazo en negro. Un abrazo.
De la luz y del color de las canciones de Marisol aterrizamos en la sombra y la sordidez del inesperado desenlace en la actitud del padre.
Magnífico relato, Alberto.
Un fuerte abrazo.
Ya sabes Carmen, que en los microrrelatos no te puedes acomodar creyendo que estas leyendo una historia amable porque al final puede aparecer el monstruo. Gracias por tu comentario. Abrazos para ti también.
Me ha gustado mucho, ese giro final con el cinturón de perdedor. Relato de maestro. Suerte
Si, ese cinturón, que lo imagino negro, viene a golpear ese color rosa que impregna el relato. Gracias Pablo por tu comentario.
Alberto, con tus letras nos vas envolviendo en una historia de una niñez feliz vestida de rosa. A lo largo del relato creemos que la protagonista es una niña hasta que con un giro final inesperado nos desvelas otra realidad y la verdadera identidad del protagonista.
Me ha gustado mucho. Últimamente estás mostrando tu maestría, por lo que el éxito tan merecido te sonríe. Te deseo mucha suerte, aunque no la necesitas.
Besos apretados.
Muchísimas gracias, Pilar, por tu elogioso comentario. La propuesta del rosa me parecía complicada, siendo un color pastel no quería caer en lo empalagoso, quizás por eso he tratado de escribir algo que dejara un regusto amargo. Me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo.
Plas, plas plas. ¡Bravo!
Nada que añadir más que suerte. 🙂
Besosss
Bueno, Nuria, ante esos aplausos no me queda otra que saludar agradecido y no añadir tampoco nada más. Si a ti, que sabes de esto, te ha gustado, yo tan feliz.
Besos.
Muy bueno ese jugar al despiste para dirigirnos a la traca final. Me gusta. Suerte.
Pues si, Antonio, el final no sé si es una traca o un cañonazo, pero he intentado con él hacer retumbar todo el relato. Gracias por comentarlo. Un abrazo.
Cada cual trata de pintar la propia vida del color que más le gusta, que coincide, además, con el más acorde con su naturaleza, pero siempre surge algo o alguien, a menudo cercano, que obstaculiza, y de qué manera, lo que debería aceptarse como lo que es: algo natural, que tendría que dejarse fluir.
Un relato con un brutal contraste final, que muestra que la existencia, por mucho que se quiera, dista de ser siempre de color de rosa.
Un abrazo, Alberto Jesús. Suerte
Ángel, siempre tienes un comentario analítico y oportuno. En esta historia que he querido contar el brillo del rosa naufraga en la opaca oscuridad de ese personaje final que ya venía arrastrando la amargura de haber fracasado en la vida.
Que me ha gustado Alberto, esa realidad de luz y de color termina en muchos casos a correazos. como bien explicas en el cuento. Cada vez te superas más, eres mi ídolo , besos cariño
Gracias Marietta. Aunque, como cantaba Marisol, «la vida es una tómbola tom tom tombola de lusidecoló oooh» a este pobre personaje del relato le ha tocado un padre que no es precisamente un regalo. Un beso.
Tu relato nos acerca a las dificultades por las que pasan las personas que no se sienten identificadas con el rol que la sociedad le asigna a su sexo biológico. Lo más triste es que en la mayoría de las ocasiones los obstáculos se los ponen dentro de su propio entorno familiar.
Me ha encantado, Alberto. Mucha suerte. Un beso.
Así es, Asun. Es hoy y estas personas tienen problemas, imagínate en la época en la que he querido situar este relato. Muchas gracias por tu comentario. Un beso para ti también.
Hola Alberto, menudo final le has dado al relato. Demoledor, más aún por el contraste con esa inocencia rosa del protagonista, que en ningún momento se intuye que sea un niño, así en masculino.
Demuestras por ello una gran maestría y te felicito.
Un abrazo
Me halagan tus palabras, Asunción y si este relato de alguna manera te ha conmovido, aunque sea un poquito, me alegro de verdad. Muchas gracias y un abrazo.
El giro final es un trallazo. Muy bueno. Un beso.
Muy agradecido por tu comentario tan elogioso, Maite. Un beso
Buen relato, va de la luz a la negrura.
Abrazos marinos.
Recibo encantado esos abrazos marinos, María Rojas, y agradezco ese comentario breve, pero positivo. Abrazos para ti también desde tierra adentro.
Dicen, y así también lo creo yo, que un buen relato es el que cuenta un secreto que no se desvela hasta el final, manteniendo la atención del lector. Pues eso has hecho, Alberto, y lo has conseguido con creces.
¡Magistral!
Un abrazo.
Pablo
Pablo, tú que también escribes sabes muy bien lo importante que es dosificar la información para tratar de conseguir según qué efectos en el lector. Partiendo del rosa y evitando quedarme ahí, he intentado contar una historia amable que de pronto da un giro dramático y espero que impactante. Agradezco muy mucho tu crítica tan positiva. Un fuerte abrazo.
Un giro final impactante, muy acertado y rompiendo con el ritmo alegre de todo el texto anterior. Muy buen relato.
Suerte y abrazo
Es cierto, Anna, que si me hubiera quedado sólo con la parte amable de la historia el relato tendría, creo, menos fuerza. Gracias por tu amable opinión. Un abrazo.
Tan desgarrador el final como ilusionante elprincipio. Desencadenas la tormenta acumulando nimbos grises, bueno, rosas,y nos empapas con tu buen hacer. Muy conseguida tu historia, muy consistente todo. Muy tú.
Beso y abrazo.