Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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ENCUENTRO 221. SEGUNDA RONDA COPA

RAQUEL LOZANO / ÁLVARO ABAD

BICHOS CON RITMO

Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 100 palabras antes de las 20 horas (hora local española) del VIERNES 13 de SEPTIEMBRE cumpliendo estas dos condiciones:

  • El relato llevará por título
  • NANA DEL CABALLO GRANDE
  • No se podrá usar en todo el relato la sílaba RE

Una vez publicado no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.

Tras la publicación de ambos publicaremos al final de esta misma entrada un enlace a un formulario para la Votación Popular (para participantes de la Copa o usuarios de esta web) que permanecerá abierto hasta el SÁBADO 14 de Septiembre a las 20 horas.

El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias

Podéis votar en este enlace.

19 Responses

  1. Nana del caballo grande
    Que la reina lleva meses sin dormir es un hecho conocido en Palacio; que su insomnio lo provoca un mal de amores, una noticia que ha volado allende los mares.
    Hechiceros, chamanes y alquimistas han buscado, sin éxito, la fórmula para que concilie el sueño.
    Al llegar la noche ella vuelve a la caja, busca a su corcel blanco y transita entre lamentos por todas las casillas del damero, por si algún día indultan al peón negro.

  2. Alvaro Abad

    Nana del caballo grande

    Bostezando, el mastín se acercaba para olisquearlos y volvía a tumbarse. El enorme percherón cruzaba al paso la verja del cortijo y enfilaba el camino hacia el desierto andaluz. La tenue luna dejaba adivinar unas siluetas sobre su grupa. Hombre y mujer, y entre ellos su niño, mecido por la dulce canción materna.
    Amanecía. Escopeta en ristre, el señorito maldecía mientras galopaba su yegua. Intentaba darles alcance. Suyos eran el caballo y el jornalero, y juraba por Dios que suyos eran también la mujer y el crío.
    Al anochecer, la yegua traspasaba la verja. Volvía sola, arrastrando secretos de sangre.

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