34. CALIQUEÑOS (Carmen Cano Soldevila)
Eran tiempos de canciones victoriosas y filas apretadas en el patio del colegio. De ollas de barro cociéndose en la leña a fuego lento. Su color y su aroma se mezclaban con el de la tierra en las abarcas de papá, con sus silencios inesperados.
Eran tiempos del bando en las esquinas, del caliqueño en la boca de los hombres que sabían mandar. No como el abuelo, al que mamá visitaba allá en la ciudad y le llevaba una cesta de comida.
Aquellos tiempos se volvieron aún más oscuros el día en que encontré a mamá llorando con un papel arrugado en las manos. Y en las baldosas, un puro aplastado. En ese instante comprendí cuál era el color del miedo.
Hermoso, duro y evocador relato, Carmen… Entra fácil gracias a tu prosa precisa y te explota por dentro. Felicidades y suerte!
He asociado el color a la posguerra y no he encontrado mejor modo que a través de una mirada infantil.
¡Muchas gracias, Salva!
Besos.
Concisión en estas pocas líneas, para describir en toda su crudeza una situación vivida por muchos después de la guerra, en este caso en Valencia, donde el cigarro puro caliqueño, era símbolo de poder sobre personas y haciendas.
Impresionante el miedo que he sentido al leerlo.
Besito virtual.
Recuerdo esos caliqueños de mi tierra y su desagradable olor, que aquí se asocia al miedo de una época oscura.
Muchas gracias, María Jesús.
Besos.
Genial síntesis de esa oscura época de la posguerra española, que marcaba esas fronteras de superioridad de una minoría frente al terror y miseria de la mayoría.
Una historia plena de dramatismo, aunque con tu hábil manejo de la prosa, la has hecho mucho más «digerible», algo que me ha encantado y te felicito.
Saludos y suerte, Carmen 🙂
Terror frente a miseria. Has definido muy bien este período histórico. Me alegra haber logrado transmitirte ese miedo.
Muchas gracias, Milagros.
Besos.
La lectura del relato nos transporta al pasado. Como espectadores nos deja miedo (el de la pequeña) y rabia por ese abuso de poder. Aún hoy hay quien abusa, de una u otra forma, dejándonos también rabia e indignación.
Un petó.
Carme.
El miedo caracterizó esta época y lo descubrimos siempre que existe un abuso de poder.
Muchas gracias, Carme.
Besets.
A una guerra terrible le siguió una larga y oscura época para muchos supervivientes, sin derechos, sometidos, temerosos, condenados a vivir bajo un yugo inmerecido, que hacía que unos pocos reinasen a su antojo a costa de muchos. El conflicto terminó, pero las víctimas continuaron, segadas por una arbitraria represión. El puro como símbolo de poderío de unos sobre otros, no por ser mejores o más dotados, sino por estar favorecidos por las circunstancias, todo unido y alimentado por su falta de escrúpulos.
Un relato de una época de colores apagados, tristes, sin chispa, carente de alegría y cualquier asomo de libertad, en el que la injusticia y el miedo son dos personajes invisibles, pero presentes, que condicionan toda la trama, que hablan de la bajeza a la que puede llegar el ser humano, que alertan sobre la necesidad de no bajar la guardia, de no olvidar nunca del todo, de que no vuelva a repetirse.
Un abrazo y suerte, Carmen
Tus comentarios son siempre detallados y certeros, Ángel. Destaco de tus palabras el miedo, la represión y la falta de libertad; así como la necesidad de no olvidar para que no se repita.
Desde la perspectiva infantil este período histórico está marcado por pequeños detalles que no sabe cómo explicarse, hasta el momento en que descubre las huellas del abuso de poder en su propia casa.
Muchísimas gracias y besos.
Perfectamente reflejados, con las palabras exactas y precisas, el miedo, la injusticia, la impotencia, la rabia, la miseria… de una época histórica, aunque no sé si totalmente pasada.
Muchas gracias por tus palabras, Edita. Por desgracia, en ocasiones y en algunas esferas, el poder se sigue comportando como si el tiempo no hubiese transcurrido, en un intento de retroceder a tan oscura época.
Besos.
Hola, Carmen, no sabía exactamente lo que era un caliqueño, y gracias a ti compruebo la de veces que lo he utilizado mal… cuando te vea, ya te contaré ya… 😉 Pero me centro en tu micro. Una buena apuesta en la que se palpa a los que mandan y a los mandados. Triste época que aún nos recuerdan muchos de nuestros mayores que lo vivieron in situ.
Un beso grande.
¡¡¡Suerte!!!
Rosy, si tú has descubierto qué es un caliqueño, yo he sabido por vuestros comentarios que este tipo de puros se elaboraba solamente en Valencia.
Gracias por tus palabras. El micro es un pequeño homenaje a nuestros mayores, a quienes tuvieron que sufrir el miedo y las injusticias de esta época.
Besos.
Tu micro encierra todo el miedo, la desesperanza y el terror de los perdedores. Un abrazo enorme y enhorabuena por este micro estremecedor. Gloria
Frente a los victoriosos, los perdedores. Así fue una época que dividió en dos a la sociedad.
Muchas gracias por tus palabras, Gloria.
Besos.
Siiii, el caliqueño asociado al miedo. Así lo he sentido. Feliz noche!
Gracias por pasarte y comentar, Cristina.
«Caliqueño» y «miedo» son las palabras clave.
Besos.
Emotivo y real como los tiempos que dejaron un poso marrón en la vida de tanta gente. Felicidades, CARMEN!
De ese color fueron aquellos tiempos.
¡Muchas gracias, Pepe!
Un abrazo.
Carmen, en casa he escuchado estas historias o parecidas y el dolor que producía todos esos papeles o incluso los arrestos y nada más después. Impresiona tu relato. Es muy bueno!! Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Son historias que todos hemos oído contar, las que vivieron generaciones anteriores.
Muchas gracias por tus palabras, Nani.
Besos.
Enhorabuena Carmen!! Pedazo de relato con palabras acertadas y nos metes en esa crudeza de la época y en los personajes. Título perfecto. Me ha encantado. Un abrazo
Una época cruda y oscura, Pablo.
¡Muchas gracias por tus palabras!
Un abrazo de vuelta.
Hola, Carmen.
Un relato perfectamente tejido en color marrón. A través de todos los elementos que mencionas eres capaz de transportarnos a un momento concreto de la historia que, por proximidad o referencia, todos podemos vislumbrar. Recreas el ambiente, nos haces ver la realidad del momento, sitúas a cada personaje dentro de su rol y hasta te permites el lujo de mostrarnos lo que pueden sentir. Todo en muy pocas palabras estupendamente hiladas. Felicitaciones.
Un admirado abrazo.
He dibujado apenas unas pinceladas del ambiente de la época para contar la historia, tan común entonces.
Muchísimas gracias por tu comentario, Ángel.
Un abrazo de vuelta.
Una historia escrita desde la infancia, con los aromas y las cosas familiares, entre las que está el color y el olor de los cigarrillos paternos, que terminan tanbién lamentablemente asociados a la desaparicíón de ese padre que usaba abarcas (entiendo que pueden habérselo llevado los militares a sus filas, de ahí que su mujer llore con ese papel arrugado entre las manos).
Tremendo color el del miedo, CARMEN, pero muy bien descrito.
Cariños,
Mariángeles
Es la historia de la pobreza, el miedo y los dramas familiares en la posguerra española.
Muchas gracias por tus palabras, Mariángeles.
Besos.
Carmen, ese color del miedo que lo impregnaba todo. Ese olor que se te incrusta en la memoria y que nunca se olvida.
Excelente relato de unos tiempos que duelen y de los que todavía no se han cerrado las heridas.
Te deseo mucha suerte.
Besos apretados.
Ese color está identificado con los puros caliqueños. Eran tiempos de miseria y de miedo. Aún quedan heridas por cerrar, como bien dices.
Muchas gracias por tus palabras, Pilar.
Besos.
Carmen, un relato muy bueno.
Nos haces sentir el aroma de esos puros, el ambiente de esa época,opaca y de miedo. Y que por desgracia,como te han comentado, permanece en la memoria con heridas todavía abiertas.
Mucha suerte.
Besos.
Una época oscura que he visto a través del color de los caliqueños.
Muchas gracias por tus palabras, Javier.
Besos.
Sorprende ver que muchos textos van sobre la guerra o postguerra asociados al color marrón. Quizás porque es el color de la tierra, el que no es blanco ni negro ni gris, quizá el color del trabajo.
En tu relato se mezcla el dolor, con la frustración. Ese puro marrón aplastado es un símbolo que dice mucho también.
Un gusto leerte, Carmen.
Abrazo grande.
Un color apagado, como el de la época. No es extraño que hayamos coincidido algunos compañeros.
El puro aplastado es el símbolo del poder, causante del miedo.
Muchísimas gracias por tu comentario, Manoli.
Besos.
El color marrón que acoge elementos y emociones de un tiempo en que la luz mortecina de un pasado reciente engullía todo atisbo de alegría. Muy bueno, Carmen. Un abrazo y suerte.
Evocación de ese pasado a través del color.
Muchas gracias por tus palabras, Salvador.
Un abrazo.