40. El otoño en los bosques de Saja
Es cuando acaba septiembre y empieza octubre que se les ve subir por la pista forestal hacia los refugios situados en lo alto de la colina. Suelen ir en grupos, raras veces van solos o en pareja; generalmente al final del día o al amanecer. Van armados de cámaras fotográficas y de prismáticos para intentar captar los embates de los ciervos que ocurren en esas fechas.
Los machos de imponente cornamenta levantan la cabeza hacia el cielo y lanzan un grito atronador, dicen que berrean. Después de la pelea, el vencedor camina erguido y se aleja, detrás de él, cinco o seis hembras le siguen el paso.
Al finalizar la temporada de la berrea, el bosque va cambiando de color, hayas y robles mutan sus hojas hasta tomar tonos marrones. Siempre quedan diseminadas algunas manchas verdes; son mis compañeros de hoja perenne: el acebo y el abeto. Yo, viejo árbol sagrado, veo pasar las estaciones sin que mis hojas se inmuten; soy el Tejo.
Muy bello este mudo espectador que hoy ha hablado a través de tus dedos y tu imaginación. Evocador el paisaje y, la berrea, pues que vamos a decir, instinto animal a tutti plen.
Te deseo suerte y felicidad.
El paisaje animal y vegetal visto desde la perspectiva inmutable de un tejo; sagrado, aunque tóxico. O tal vez por eso… Hermosa estampa.
Los bosques son escenarios de vida que, como tal, tiene sus ciclos. El principio del otoño, con la berrea de los ciervos, es un momento lleno de interés, al que se une la belleza un tanto melancólica de las hojas caídas. Nadie como un árbol, que puede llegar a vivir muchos años, para contar todos estos acontecimientos con la sabiduría que da el conocimiento. Que se trate de un tejo, un árbol asociado al misticismo y a la magia, no puede ser casual, por algo se les atribuyen cualidades mágicas y leyendas, aparte de ser algo venenosos.
Un relato imaginativo, Ginette.
Un abrazo y suerte
Hola Ginette.
Veo que, como yo, has elegido un árbol, un tejo tú, y yo un nogal. Me encanta la representación que has hecho de la vida en el bosque (yo he trasladado mi árbol por momentos a la urbe)
Los bosques son los protagonistas del color marrón.
Un gusto leerte. Me ha encantado.