Mnstrscp2019 – R1 (personajes)- E9
Los participantes con los alias :
CRUELLA DE VIL– BRUJA DEL OESTE– RICITOS DE ORO
- * deberán escribir un texto de MÁXIMO 150 palabras
- * antes del domingo día 10 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
- * que contenga la palabra : HELICÓPTERO
- * que nos hable de tu propio personaje. Hasta ahora nos han contado muchos muchos cuentos, peroo ¿cuál es la verdad? Cómo fue tu infancia, qué te llevó a ser como eres, qué ha sido de ti 30 años después, ¿de verdad fuiste feliz y comiste perdices? o cuéntanos un episodio del cuento que nunca vio la luz, ya sabes, las tomas falsas, queremos saber más de ti
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CELOS de Cruella de Vil
Cuando el helicóptero logró aterrizar tras un buen rato dando bandazos por culpa de la tormenta, aterrorizada, bajé de un salto y besé el suelo. Temí que aquel fuera mi último vuelo. Por un momento, se me ablandó el corazón. Sin querer, lloré al recordar mi niñez. Amada y arropada por mi familia, fui muy feliz, hasta que llegó el maldito cachorrito de dálmata que papá me regaló. El asqueroso chucho era tan gracioso que se adueñó de la casa y de los mimos de mamá. Lo siento mucho, pero los celos me cegaron y me volví loca. Todos pensaron que su desaparición fue voluntaria. Pronto se cansaron de buscar y lo olvidaron.
Los remordimientos encanecieron mi cabello y amargaron mi carácter, pero aprendí a vivir con ello. Aquel secreto inconfesable dio un giro inesperado a mi historia. No siempre he sido Cruella, antes mi nombre era Sweet.
FILIAS Y FOBIAS de La Bruja del Oeste
Esta es la historia jamás contada, por la que cada miembro de mi familia eligió destinos opuestos. Éramos cuatro hermanas y el pequeño Oz. Mamá adoraba a Lacasta y Glinda. Mientras que Evanora y yo, Theodora, éramos las ovejas negras. Lo mejor era para ellas. Yo siempre deseé tener unos zapatos rojos, pero nunca se cumplió mi sueño.
El día que mamá desató toda su furia contra nosotras, con más rabia, fue cuando rompimos el helicóptero de juguete de Oz, su ojito derecho. Nos golpeó con su escoba hasta que se cansó y nos encerró en el lóbrego sótano durante una semana. Desde entonces, detesto la oscuridad. Pero más odio los días de lluvia, ya que en el cuartucho donde dormía la humedad me calaba hasta los huesos. Y las noches de tormenta, oculto entre los truenos, el monstruo de papá se convertía en mi peor pesadilla.