Mnstrscp2019 – R1 (personajes)- E13
Los participantes con los alias :
FLAUTISTA DE HAMELÍN– MOWGLI– TOM SAWYER
- * deberán escribir un texto de MÁXIMO 150 palabras
- * antes del domingo día 10 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
- * que contenga la palabra : BALANZA
- * ESTE ENCUENTRO HA SIDO SELECCIONADO POR EL GENIO y debe contarnos un encuentro entre tu personaje y el propio genio de la lámpara, qué deseo le pedirías, o cual te concedió, o cómo perdiste la lámpara del genio o…
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LA CONDICIÓN de MOGLI
Sueño muy poco y rara vez consigo acordarme de lo soñado, así que, me sorprendí mucho cuando, hace unos días, desperté recordando perfectamente, quizá por absurdo y surrealista, el sueño que había tenido. En medio de una jungla se me aparecía una fiera que decía ser un genio. Solo me ofrecía dos deseos muy concretos: vivir o morir. Si elegía vivir, debería hacerlo de manera radicalmente distinta a la que lo había hecho hasta ese momento: agradeciendo siempre lo que me diera el universo, sin juzgar si era bueno o malo.
Antes de ese sueño, medía mi felicidad poniendo en una balanza imaginaria lo que consideraba favorable o desfavorable. Casi siempre, llegaba a la conclusión de que el platillo se decantaba por el lado negativo, entonces, mi ánimo se marchitaba y tenía el pensamiento sombrío de que mi único objetivo en esta vida era la supervivencia. Ahora, me siento vivo.
Las desventuras de Tom Sawyer … de Tom Sawyer
Hoy tampoco he ido a la escuela. Con mis pies en remojo, veo una vasija extraña entre unos juncos del río. La destapo y sale un humo, para mi sorpresa habla y dice ser un genio que puede conceder deseos, eso sí, lleva una balanza que sopesa si es posible la petición según su trascendencia. Tras pensarlo y muchas dudas, me decido. Quiero que mis padres no mueran.
He aparecido años atrás, en una casa con una granja, mi madre es la maestra de la escuela y mi padre es el juez. He conocido a Becky una chica aventurera, que hace pellas, le gusta pescar y nadar en el río. Visita con sus amigas por la noche el cementerio. Allí contemplaron un asesinato. Me ha pedido que la bese. Ella se convertirá en una afamada contadora de sus historias, con el pseudónimo de Mark Twain.
Apocalipsis del Flautista de Hamelin
— ¿Estás seguro de que quieres usar tu tercer deseo?
Asiento. Lo había reservado para cuando me retirara. Pero las cosas se me han ido de las manos. La balanza se ha inclinado. Necesito soluciones drásticas.
—¿Y no podríamos arreglarlo de otro modo? —pregunta preocupado.
—No, genio. Hagámoslo rápido. Termina con esto.
—Primero, una flauta mágica: la tuviste. Luego, que las masas te siguieran: concedido. Pero este tercer deseo…
— Este tercer deseo, ¿qué? Tengo derecho a él…
El genio observa la ruidosa marabunta de personajes que me rodean: doncellas, magos, reinas, niñas desobedientes, ranas, madrastras perversas, príncipes azules y cientos de perdices.
Agobiado, se debate. Él tampoco tiene alternativa. No puede negarse: el deseo ya estaba concedido.
Sopla con todas sus fuerzas. Los personajes empezamos a desvanecernos. Letra a letra. Mi séquito se diluye. Luego yo mismo. Y por último él, que desaparece de la escena con un sonoro ¡PLOP!
Votado, suerte!
Buenos relatos! («Plop!»)
A votar!!