75. De tierra (Patricia Collazo)
Mi abuelo era el último granjero del pueblo. Cuando murió, lo hizo sobre su tractor, ambos se detuvieron al unísono. Papá y yo los encontramos en la finca de los frutales sobre un surco inacabado, el primer fin de semana del otoño. Tenía las manos aferradas al volante y no se las pudimos despegar. Las durezas de sus palmas se habían fusionado con la cinta marrón con que el abuelo lo había enrollado.
Yo recordé la tarde de verano en que le había ayudado a hacerlo. «¿Para qué le pones la cinta?», pregunté. «Para que no se le pegue la tierra», dijo el abuelo. «Pero se le pega a la cinta, ¿no?». «Sí, por eso se la ponemos marrón, para que no se note…».
Ahora la cinta, las manos del abuelo y su tractor eran uno solo. Marrones, ocres, como si todos hubieran madurado a la vez. La carrocería del tractor antes verde, y los ojos del abuelo, antes azules, habían mutado al color de la tierra.
De tanto intentar separarlos, habían empezado a deshacerse en terrones. Hubo que dejarlos allí.
Después de las primeras lluvias, eran apenas un montículo. Y al poco, desaparecieron. En el pueblo, nadie lo notó.
Lo cuentas tan bien, que me lo creo, que te lo compro. Hazme precio, anda, que yo también soy de tierra. 😉
¡Vendido a la generosa dama de la primera fila!
Gracias, Edita. Un abrazo.
Es bueno, sí.
Lo leo y creo que, sí se pudiese tocar, sería marrón el color del vínculo entre tierra y hombre
Gracias, Diego!!
Patricia, original desde su planteamiento hasta el final. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda. Un abrazo
Dicen que de la tierra venimos y a ella volvemos. Está claro que tu protagonista, especialmente unido a este elemento primigenio, no podía terminar de otra manera, fusionándose en él, en simbiosis con ese tractor con el que parecía formar un solo cuerpo. El hecho de que hombre y máquina desaparecieran uniéndose al paisaje en poco tiempo, sin que apenas se notase, es una prueba más de lo unido que estaba a la superficie y al suelo sobre el que tantas horas pasó.
Una mezcla de sencillez y profundidad, una lectura que se disfruta.
Un abrazo y suerte, Patricia
Muchas gracias, Ángel por tu comentario. Como siempre, es un honor que te pases por mi propuesta y leer tus palabras. Un abrazo
Precioso. Con el sello de calidad de la Collazo. Anotado entre los favoritos del marrón queda.
Un abrazo.
Muchas gracias, Maestro!! Anote usted nomás… después ya se verá. Un abrazo
Me gusta, profundo y sencillo.El símbolo de la tierra como vida y muerte. Suerte.