67. La matrioska è finita
Empeñado desde la niñez en crear una opereta matrioska, el gran Tramezzini encontró la inspiración tras asistir al estreno de una famosísima ópera cuyo libreto narra cómo una compañía de actores representa en un pueblo una inocente comedieta en la que el gruñón payaso Polichinela descubre que su dulce esposa Colombina se la está pegando con el apuesto Arlequín.
Ocurriendo la coincidencia de que la bella actriz Nedda, que hace de Colombina, anda en amores furtivos con el galán Silvio (Arlequín) a espaldas de su marido Canio (Polichinela). Teatro dentro del teatro.
Tramezzini fusiló este argumento añadiendo dos niveles más. En un tercer plano, situó a los cantantes de la ópera que encarnan a los actores que encarnan a los payasos. El tenor Pandolfini, la robusta mezzosoprano Inglheri, que además es su consorte, y el tenorino Scappatini, algo melifluo y que chichisbea con la primadonna en cuanto tiene un rato libre. Idéntico lío amoroso, pues.
Y en el cuarto plano, quién sino el propio Tramezzini que, a insistente petición de su encantadora esposa Begum, aceptó invitar a la ópera a su hermoso amigo Félix.
Así dispuso nuestro genio los cuatro finales:
Comedieta: Bastonazos
Actores: Cuchilladas
Cantantes: Gallitos
Tramezzini: Onanismo.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
VAMPIRE WEEKEND – This life
https://youtu.be/0DRvBNzwELE
Que la ficción se basa en la realidad, y que ésta, a menudo, supera a la primera, es algo que, no por conocido, deja de ser menos cierto. Este relato podría ponerse como ejemplo de metaficción en clases de literatura. Al mismo tiempo, tiene algo de vodevil, en el que no falta la música y en el que el entretenimiento está garantizado.
Son tantas las relaciones entre unos personajes y otros, así como con el propio autor que, como sucede en una matrioska, parece que no vayan a terminar nunca; aunque, como indica el título, en italiano (para añadir aún más matices artísticos), todo se termina. La muñequita diminuta del final, de madera maciza, es el punto final, desenlace que se divide en cuatro, pues con tantas combinaciones no podía haber uno solo.
Un relato elaborado, en la línea de una divertida comedia de enredo, con toques melodramáticos.
Un saludo y suerte, Ignacio
Magnífico relato, bien escrito, con una trama original y resolución acertada. Merecedor, a mi juicio, de los honores del libro.
Suerte, Ignacio.