29. EL SÉPTIMO DÍA (Fernando Antolín Morales)
Le recomendaron que fuese preciso y honesto, que se detuviese en los detalles que volviesen real el espacio, que imaginase a la perfección cada resquicio del escenario donde tendría lugar la acción para que los personajes pudiesen desarrollarse ellos mismos en un ambiente tan rico. Dedicó cinco días y medio a lo primero y tan solo una tarde a dar forma a los protagonistas de su obra. Tiempo después, la crítica sigue encontrando matices exquisitos e insospechados en la creación de su universo, pero el autor se arrepiente con frecuencia de no haber puesto algo más de empeño al concebir a sus pobladores. Es cierto que sus defectos hacen de ellos sujetos sumamente interesantes, pero quizá si los hubiese dotado de un poco más de inteligencia las tramas resultarían algo menos repetitivas. Si al menos pudiesen aprender de sus errores.
Las tramas entre humanos, por desgracia y visto lo visto, son siempre repetitivas. De ahí, seguro, la frase de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra… o tres, pero claro, algunos ni siquiera se consideran pertenecientes a dicho reino, así que… qué más se puede decir al respecto.
Pondremos la voluntad ¿no te parece?
Un relato curioso. Buena tarde Fernando, ayer quise entrar pero no estaban activados los comentarios. Me alegro que ahora se pueda.
En tu relato hay varias cosas que describes bien: el Creador, si concebimos que el mundo, tal como lo conocemos, fue obra de un Ente (vamos a ponerlo con mayúscula) superior, concibió un entorno formidable en lo que a naturaleza y vida animal y vegetal se refiere. Sin embargo, en la cima de esa pirámide vital, el ser que hizo a su imagen y semejanza dejó bastante que desear, no hay más que ver cómo trata ese mismo entorno del que ha salido y del que depende. Es un ser inteligente donde los haya, pero, como bien expresas al final, no sabe aprender de sus errores, luego quizá no lo sea tanto, pues repite una y otra vez la historia que ha protagonizado con los mismos defectos: imperios que nacen y mueren, luchas por el poder y visión a corto plazo.
Un saludo y suerte, Valentín
(Ruego me disculpes por cambiarte el nombre sin querer, Fernando)
Muchas gracias por vuestros comentarios. Siento no haber podido contestar antes, ya que ha sido un mes «complicadillo». Voy a ponerme al día poco a poco con las lecturas de este mes, que por ahora son deliciosas.