48 La defensa de Aurora
Podría acecharla un lobo feroz desde uno de esos taxis amarillos, mientras pasea por la Quinta Avenida. Por supuesto que viven en cualquier parte. Pero ya no es la niña eterna que se deja manipular. Sus pechos, libres de vendas opresivas, han crecido. Es ella quien traza ahora su camino hasta llegar a la calle 49, donde ha instalado su pastelería. Como siempre, los clientes hacen cola en la puerta. “Le Panier du Petit Chaperon”, destaca en su toldo rojo. Lo sé porque mi tienda de alta costura se encuentra justo al lado. Y no piense que una varita mágica es la artífice de nuestros éxitos. ¡Cuántas horas arañadas al sueño! Le recuerdo que yo comencé hilando con una simple rueca. Menos mal que no desaproveché cien años de mi vida esperando un beso. Si quiero algo, lo busco. Así que, señor juez, termine su interrogatorio. ¿O sigue sin comprender por qué incendié el bosque de monsieur Perrault?
Los cuentos clásicos que tanto nos gustaron en la infancia, si son revisados a través de un tamiz crítico y actual, pocos pasarían el corte, en especial en lo que a personajes femeninos se refiere. Ni la Cenicienta ni Caperucita podrían ser hoy igual que antaño. Ellas también tienen derecho a crecer, aprender y progresar, porque en tu original historia dejan bien claro que son emprendedoras y que nadie les han regalado nada. En concreto, Aurora, sospechosa de un posible delito ecológico, tiene muchas circunstancias eximentes que el juez debe de tener en cuenta. Ambas han elegido la ciudad, volver al bosque supondría un retroceso en todo lo que aprendieron. Los entornos siempre condicionan.
Un relato singular y bien llevado, con contenido social y reescritura valiente.
Un abrazo, María. Suerte
Aunque ya te lo he dicho otras veces, sigo pensando que eres el mejor Enteciano de Honor que podíamos haber tenido durante este año tan difícil. Mi gracias por tu generosidad. Nos haces sentir a todos especiales.
Como siempre, magnífico análisis del relato.
Un abrazo, Ángel.
Qué chicas tan valientes y que relato más original. Bravísimo, María!
Gracias, compañera. Ya os echo de menos.
Sí, que original, y al mismo tiempo combativo relato. Es toda una defensa de los derechos de la mujer y una reivindicación para que dejemos de ser solo caras bonitas y podamos exigir el lugar que nos corresponde. !Bello relato, María!
Gracias también, Gloria. Por el comentario y por el empuje aportado al equipo. Grandes compañeras.