77. Frágil, no apilar
Cuando el cabo de comunicaciones le pasa el teléfono de la radio al sargento Kelly y éste se pone a gritar como un loco, todos comprenden que ha terminado la guerra. El sargento coge su sombrero de cowboy y al ritmo de la armónica del soldado Dion Brown bailan como unos locos los bailes de su Texas natal. A miles de kilómetros Moley escuchando su viejo transistor baila pensando en el regreso de Dion y en la boda. Y como la alegría de la paz recorre hasta el rincón más pequeño de Europa, también llega a unos pocos kilómetros de allí, a la casa en ruinas de los Müller que pese a la derrota suspiran aliviados porque confían en volver a ver al pequeño Klaus que no fue reclutado hasta hace pocos meses. Y esa alegría, que es ligera como un copo de nieve, se posa en ese momento en Klaus que hace días permanece oculto en el décimo piso de un edificio medio derruido. Por fin ese niño soldado se siente útil. Le enseñaron ser despiadado pero sigue observando hipnotizado y dubitativo, a través de su mira telescópica, a dos soldados chiflados que bailan en medio de la calle.
Pido disculpas por el post anterior. Es lo que tiene escribir en un viejo Vaio
Como dice el refrán: «Poco dura la alegría en casa del pobre». Entre las locuras que el hombre puede protagonizar la guerra es la peor de todas, por ello, cuando termina, la alegría y el alivio son lógicos. Sin embargo, algo tan terrible no se termina tan fácilmente: minas ocultas, represalias, hambrunas y, como es el caso, un soldado rezagado, adiestrado, para destruir, hasta hace poco un muchacho sencillo y querido por sus padres.
Un relato muy bien contado, que nos recuerda que si hay algo efímero es la alegría.
Un saludo, suerte y feliz salida y entrada de año, Germán
Muchas gracias Ángel. Menudo bisturí tienes. Has sacado del relato todo lo que tenía en la cabeza cuando lo escribí. Te deseo un buen 2022.
la felicidad es tan frágil como contagiosa y tú lo has plasmado con precisión en un relato circular. Esperemos que el pequeño soldado se contagie de ese sentimiento universal y no destruya la magia del instante.
Suerte y abrazos.
Si he conseguido escribir un relato circular es gracias a todos vosotros. Cuando os leo, muchas veces me quedo impresionado hacia donde me llevan esos relatos. Hacía tiempo que quería poder escribir uno, pero a veces, más de la que uno quisierase quedan en nada. Muchas gracias Anna.
He leído varias veces el micro y me gusta, me parece muy bien construida esa espiral entre los soldados y sus familias, con un final… tal vez dramático? Tal vez, o puede que las dudas de Klaus le impidan disparar. En cualquier caso la responsabilidad queda en la mente del lector, y eso me gusta. Pero lo que me ha llevado a leerlo tantas veces es el título, que me encanta, y me gustaría descifrar porque seguro que me estoy perdiendo algo interesante. Desde luego no pido que lo expliques, seguiré intentando descifrar el enigma. En cualquier caso, enhorabuena, y mucha suerte!
Abrzss!
Me alegra muchísimo que te haya gustado. En cuanto al título empecé por titularlo solo «Frágil» pero me di cuenta que en ocasiones si juntas varias felicidades alguna de ellas puede aplastar las demás. Si tenemos a alguien que está feliz por aprobar el carnet de conducir, además tenemos otro que el día de su cumple está contento porque le han regalado un patinete eléctrico(lo sé la cosa ya pinta mal) y también un operario cuya mujer acaba de dar a luz.Así juntas pueden sostenerse. Pero si al escribirlas tengo la mala leche de darle a ese operario el trabajo de arreglar un semáforo la puedo liar. A lo mejor por eso dejé que el final estuviera en el aire y cada uno decidiera si todo se iba al traste. Que tengas un feliz 2022
¡Ay! con la felicidad que iba transmitiendo todo el relato hasta que el pequeño Klaus se asoma a la mira telescópica. Me ha recordado a esas historias de japoneses olvidados en alguna isla del Pacífico que años después de terminada la guerra seguían al pie del cañón. Un fuerte e inesperado contraste entre la paz y el final. Me ha encantado, Germán. Está muy bien construido y nos vas llevando entre gente como si fuera una cámara. Suerte y feliz año. Abrazos, Germán.
Muchas gracias Rafael. Desde el principio sabía que quería escribir sobre la alegría que conlleva la paz y por desgracia debido a la cantidad de conflictos bélicos que hay no me acababa de decidir por cual de ellos iba a elegir. Feliz 2022