03. DÍA DE PERROS
El día de mi cita en el autocar contratado por mi facultad para ver arte románico en una ciudad del norte, ya amaneció torcido.
Me quedé dormida y cuando vi la hora, salté disparada a la ducha, me vestí, pasé lo del bolso a una mochila y corrí escaleras abajo poniéndome el abrigo en marcha. El frío de enero cortaba el cutis.
Llegué con el autocar arrancando, me senté al fondo y respiré aliviada.
Al llegar, nos citamos para tres horas después en el mesón contratado. Visité todo el románico pero como no había desayunado, decidí ir pronto al restaurante.
No conseguí encontrarlo. Saqué el móvil para llamar al guía y ¡Horror! Había olvidado cargarlo y estaba muertecito total.
Busqué el monedero para ir a comer algo pero…¡El muy maldito no estaba! Lo olvidé en el bolso de casa.
Entonces fui a la policía y allí me miraron raro. Presentarse sin DNI, sin dinero, sin teléfono, ni restaurante, ni autocar, es convertirse en “sospechosa habitual”. Maldiciendo y a punto de pedir un abogado de oficio, sonó un despertador conocido y…
Bueno, llegué con tiempo y mochila equipada, a mi cita con el autocar.
La excursión, sin incidentes.
Purificación, muy ocurrente tu historia con final feliz. Suerte y feliz 2022¡¡
Dicen los psicólogos que en los sueños descargamos nuestros miedos. Los de tu protagonista parten de una situación cotidiana y posible, una confabulación de sucesos que confluyen en la peor de las pesadillas. Por suerte, no era real, aunque quizá sí un aviso: el de la conveniencia de ser puntual, pues las prisas, ya se sabe, no traen nada bueno.
Un abrazo, suerte y feliz 2022, Puri.
Graaaacias, Calamanda. Hay sueños que producen un frío y una desazón más desagradables que los de muchas pesadillas. Un abrazo.
En efecto, Ángel. La despistada de mi cuento es muy puntual y ordenada pero ¿Quién no se ha dormido alguna vez tras apagar el despertador? Pero su sueño le lanza un aviso en forma de cruel venganza. Pobre.
Me gusta la historia por su cotidianeidad y me provoca desasosiego ponerme en el lugar de la protagonista (eso es bueno). Bien contada, sencilla, emocional y… uf, salvada por la campana: menos mal que era una pesadilla. Saludos y feliz 2022.
Eso, menos mal que las pesadillas no suelen ser calcos de la realidad, pero…Son tan vívidas a veces que asustan. Gracias Jorge y un abrazo, amigo.