62. SIN DEJAR ESTELA (Belén Sáenz)
Con dos pinzas en equilibrio inestable entre los labios, saco del cesto una sábana y extiendo los brazos para examinar la tela húmeda al trasluz. No es una mancha. Parece la silueta de una gaviota que se agiganta y se aleja al compás de una brisa ―sin duda marina― que hincha como lonas las prendas tendidas a mi espalda. Hoy la luz es distinta; blanca de azúcar como podrían ser las mañanas de Cádiz o Marsella. Yo jamás he salido de esta Cuenca natal mía, pero sé que huele a puerto y algas. Un crujido de ladrillos desgajados, un arrastrar de cadena de ancla, un bramido de chimenea, preceden al suave vaivén del edificio. Corro a asomarme por la barandilla y, desde mi azotea, saludo a enjambres de estibadores y prostitutas enamoradas asidas de sus brazos tatuados. Con las manos en las caderas, repaso mi singladura y decido que carezco de cargamentos y de lastre. Ansiando ya el horizonte, planto firmes ambos pies frente al esquinazo de mi balcón. «Asia a un lado, al otro Europa», recito a punto de zarpar, y sujeto el timón aunque los vientos me susurran caprichosos que aún no han decidido qué rumbo tomar.
No hay nada como la imaginación, como tampoco hay nada que pueda igualarse al lenguaje, cuando se domina y se tiene un momento de inspiración, como sin duda te ha sucedido con esta buena historia. Basta que alguien tienda una sábana en la interior Castilla, para que lleguen a su mente, como si estuvieran allí, velámenes de barcos, un ambiente marinero, aventura pura, como la que un día construyó Espronceda con su canción del pirata. Tu protagonista sueña con un cambio en una vida que suponemos monótona y rutinaria, demasiado sencilla para sus inquietudes. Ya ha dado el primer paso: concebirlo en su mente.
Un abrazo y suerte, Belén, con este relato que deja buena estela.
Precioso relato. Tu forma de narrar hipnotiza a los que tenemos la suerte de leerte.
Con una prosa brillante nos cuentas cómo la imaginación nos puede liberar del tedio y la rutina.
Maravilloso, Belén.
Mucha suerte con él.
Muy bonito, Belén, suerte.
Un saludo.
Impresionante, Belén. Me fascina tu imaginación al convertir una simple sábana en un velero aventurero.
Un besito virtual
¡Bravo! Un relato tan bien narrado que las imágenes iban y venían solas a mi mente, sin necesidad de nada más que seguir el disfrute de esta pequeña-gran historia. Enhorabuena
Hola, Ángel. ¿Te he dicho alguna vez cuánto me gustan tus comentarios y lo valiosos que son? Es una gran alegría ver reflejadas en tus palabras las ideas que han pululado por mi cerebro, con el temor de no saber hacerlas llegar. Gracias una y mil veces y un abrazo para ti.
Pablo, verdaderamente la suerte es mía por tener tu visita y tu cariñoso comentario. Dices, con razón, que la imaginación es una tabla de salvación y los que estamos por aquí podemos disfrutar con creaciones maravillosas como las tuyas. Un beso enorme y muchas gracias.
Ana, me encanta que te haya gustado y te agradezco mucho tu lectura y comentario. Un beso.
Gracias, María Jesús, me alegra mucho que te guste siendo tú una persona con una imaginación tan viva. Muchos besos.
Qué bien haber podido llevarte de la mano en esta pequeña historia, Isabel. Muchas gracias por tu visita y mucha suerte.
Este relato sí que deja estela. Preciosas imágenes, Belén. Mucha suerte. Besos.
Muchas gracias, María José. Qué bien que te haya gustado y lo que dices sobre la estela. Un beso grande.
Una sábana blanca y broches en los labios: todo lo necesario para hacerse a la mar en un micro… Un micro marino cuyas palabras nos mecen, que es muy hermoso…
Felicidades, Belén; me encantó.
Besotes😘😘😇😇
Cuánto siento no haber leído está maravilla en su momento. Enhorabuena, Belén. Se puede estar junto al mar y zarpar cuando uno quiera hacia donde sea incluso viviendo tierra adentro. Bella poesía la de tu relato, junto con de la de Espronceda, que además de apuntar mar adentro consigue llegar muy hondo en el lector. Un abrazo, maestra.
Enhorabuena, Belén… no dudes un solo instante que no hayamos visto con total nitidez a la mujer en su terraza y sentido como ella esa brisa marina.💙