Mnstrscp2022-R1-Encuentro8
Los participantes con los alias: ELFO – MOMIA – NESSI
tendrán de plazo hasta el miércoles día 5 de octubre hasta las 23:59 horas de España peninsular para escribir un relato que:
- * nos cuente algo especial de su personaje
- * no exceda de 150 palabras (título no incluido)
- * use, de cualquier forma, sentido (admitimos singular y plurales) la palabra : SOL (si la pones en mayúsculas al enviar el relato nos ayudas mucho)
Enlace para que los autores envíen el relato AQUI
Para votar (cuando el encuentro esté ya completo) AQUI
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Las leyendas perdidas de ELFO
El ser humano lo miraba condescendiente, con una sonrisa socarrona adornando su rostro hermoso. El SOL se reflejaba en sus ojos, el color ámbar se intensificaba, convirtiendo su mirada en un hechizo, que hasta el hechicero más sabio no conocía. El elfo temblaba por dentro, pero, hacía todo en su poder para no mostrarlo. Si el hombre oliera su miedo, se convertiría en una presa. Dio un peso hacia atrás, casi imperceptible, buscando una salida. En sus oídos resonaban las leyendas que le contaba su madre, a la hora de dormir, sobre su especie. El respeto que un día disfrutaban, el terror al mencionar sus nombres malditos, se había diluido con el paso de los siglos; convirtiendo los victimarios en víctimas. El mundo giró, la realidad cambió. Había llegado su momento de huir, esconderse en los rincones del mundo y rezar para sobrevivir un día más.
Cautivo de NESSI
¡Qué sabrán de mis tribulaciones esos seres que inventan leyendas para suplir su ignorancia con fantasía! Me acechan, se esconden durante semanas para cazar mi silueta emergiendo del lago. No entienden que por su culpa ya no puedo tomar el SOL y mis escamas han perdido el fulgor de antaño, que me impiden pastar en las orillas abarrotadas con su presencia y las algas debilitan mis aletas. No saben lo que añoro la luz y el calor en este lugar oscuro y frío.
Algunas noches hablo con la luna y ella transforma mis lágrimas en plata para consolarme. Yo las engasto en mi piel para mimetizarme con los reflejos del agua y confundirles. No soy como los espantajos que venden para enriquecerse. Pero sé que darles el gusto de mostrarme no sería la solución.
Porque ellos toleran a los monstruos que imaginan, pero no a los de carne y hueso.
Cerbero y yo de MOMIA
Por ser el último contratado, tenía encomendada la tarea de echar a andar las máquinas de la curtiduría los festivos.
Tras cruzar los portones te adentrabas en el edificio de paredes encaladas que albergaba la conserjería. Sobre el ancho dintel descansaba Cerbero. Sus ojos de canicas brillaban con una perruna fiereza cuando el SOL se reflejaba en ellos. Un epitafio decía: “Fiel guardián, por todos querido”.
En mi camino atravesaba la sombría ratonera del químico, un taciturno personaje que andaba siempre enredando con bichos, como una araña. Suya, me contaron, fue la idea de momificar a Cerbero.
Me había acostumbrado a aquellas peculiaridades, cuando una mañana un incomprensible accidente acabó con la vida del conserje. Días después me propusieron reemplazarle, pero me despedí. Nunca más regresé. Me atormentaban las palabras que escuche al químico murmurar a la viuda en el entierro “su marido fue un fiel guardián, por todos querido”.