44. LUNÁTICA (Belén Sáenz)
Pedía la luna como requisito indispensable, pero admitía que cada amante atendiera el capricho conforme a sus medios. Catalina arrebataba corduras con su costado de plata bruñida y ese halo frío que incita al abrazo. Al tiempo hacía gala, generosa, de su propia locura de amor y de querer ser astro reina. Fue así que la consideraron alunada, peligrosa, y vinieron a atraparla en una noche sin claro. Calló de repente Beethoven. Se colaron en la oscuridad como profanadores en el templo de una diosa. Rebuscaron aquí y allá. Al abrir la nevera hallaron la Vía Láctea que el pastor había cuajado en queso de nata y que, una y mil veces, menguaba y crecía según las fases lunares. El boticario no había dudado en recetarle una pastilla blanca y efervescente para que pensara en él cuando la encontrara en su mesilla de noche. Y el globo azulino que un farero había robado para ella denegó su luz para ocultarla, pero la mujer ya había enlazado con un cordel el cuerno de Selene que Van Gogh le había dedicado en una noche estrellada y salía entre las rendijas de la persiana para sacarla a pasear como si fuera un perrito.
Una mujer fatal y resbaladiza, capaz de secuestrar la razón de cualquier hombre y de no entregarse nunca a ninguno. El amor y la atracción tienen un punto de locura, como el que puede que tenga ella al coleccionar pretendientes.
La historia de una mujer irresistible e intocable por mucho que se la acorrale, con un lenguaje lírico de lo más apropiado como lectura para mesilla de noche de esta querida página, emparentada también, sin duda, con la luna.
Un abrazo y suerte, Belén
Mil gracias, Ángel. El amor, la luna y la locura se han estado asociando desde los primeros pasos de la humanidad y, aunque pueda parecer un tema muy manido, pienso que produce una gran atracción para los que escribimos. Un abrazo y suerte.
Tenía que ser tuyo.
Maravilloso.
Muchas gracias, Yolanda, me encanta que lo hayas leído y disfrutado. ¡Besos!
Qué maravilla de relato. Para leerlo una y otra vez.
Oh, qué bien que lo hayas disfrutado, Paloma. Gracias por la lectura y la visita.
La luna, esa indiscutible «astro reina» que enamora a hombres y mujeres, ya sean corrientes o universales. Su atracción es inevitable y a veces fatal. Maravilloso micro.
Nos leemos.
Es una reina indiscutible y su influjo de lo más poderoso que podamos imaginar. Gracias por venir a leer, Isabel. Abrazos.
Maravilloso relato, lleno de lirismo, como todos los tuyos. Un abrazo
Un honor tener tu visita y una alegría que te haya gustado. Muchos besos, Gloria.
Vaya que te has marcado casi un poema, bravo , Belén, buen relato ,suerte?? y abrazos
Uf, no creo que se le acerque, soy una negada para las rimas, pero me alegra que te haya gustado. Abrazos, Monte.
Belén, tu relato tiene unas imágenes preciosas, poderosas y atrayentes, como la luna a quien se lo dedicas. ¡Felicidades!
Un abrazo enorme.
Cuánta belleza hay en este relato, Belén. Ay, la irremediable necedad, irrumpiendo está vez en tan bello templo, profanando sus tesoros y hasta haciendo callar al mismísimo Beethoven. Mucha suerte con esta maravilla. Un abrazo.
Hola, Belén. Tu relato me ha gustado mucho, está lleno de símbolos que has enlazado con una facilidad admirable. Un pastelito hecho relato. Un abrazo.