56. FRENTE A FRENTE
Nos juramos hace mucho tiempo que, llegado el caso, sabríamos estar en nuestro sitio, sin derrumbarnos ante lo irremediable, pero esas eran promesas de enamorados y no palabras meditadas. Llevamos juntos tantos años que apenas recuerdo cuándo nos casamos, éramos tan jóvenes que seguramente estábamos aún solteros. Por entonces, aunque se intuía, la guerra era una idea absurda que no llegaría a enfrentar a nuestras familias. Hoy, tantos años después, estamos ante ese juramento de lealtad, frente a nosotros mismos y nuestros fatuos juramentos.
El alba llega y puedo sentirla aún fresca y oliendo a su jabón de heno. La noche se me pasó como en un parpadeo, y ahora, al amanecer, el primer pelotón entra encabezado por la carcelera, tras la que vienen las condenadas, todas tristes, salvo mi amada, a la que veo sonreír serenamente en el extremo del cañón. Ella, que aún puede sonreír, me indica con la mirada que se siente en paz. Qué menos habríamos podido desear en ese trance.
Con el ojo puesto en su corazón, me despido de ella sin una lágrima, como ella me hizo prometer muchos años antes.
Ser un personaje obligado a actuar en la obra real más cruel que existe debe de ser terrible, más si cabe cuando el guion empuja a arremeter contra quien más se quiere. Tus protagonistas, pese a todo, estaban preparados para lo peor y así lo demostraron en el momento más crítico de sus vidas. El amor tiene infinitas formas de manifestarse.
Un abrazo y suerte, JM.
Ese pacto, llevado al extremo, es tan leal como desgarrador.
Gracias por leer
Un saludo
JM
Puf vaya trago que le has hecho pasar a los dos, después de tanto tiempo y verse en ese trance, aunque lo están dominando probablemente porque ya han amado mucho, demasiado, y eso hace fuerte a los dos. Saludos y suerte
Gracias, maestro Montesinos, por leer y comentar.
Un abrazo
JM