40. No más gazpacho (Ana María Abad). Fuera de concurso
Cenicienta vertió el gazpacho en los boles y se limpió las manos. Esa noche era el Baile Real y estaba harta de discutir con su Hada Madrina sobre carrozas, calabazas y zapatillas de cristal. Que si el Príncipe es muy apuesto (un engreído, seguro), que si verás lo cariñoso que es el Rey (¡huy, qué peligro!), que si el Palacio necesita un toque femenino… ¡Ja! Como si fueran a permitirle salirse del camino trazado y cambiar las cosas. De esclava de la casa sin voz ni voto a muñeca de porcelana encerrada en una jaula de oro, en una sola noche. Ni hablar.
Cuando el Hada Madrina se materializó en la cocina, le brindó su mejor mohín de obstinada determinación y no fue necesario cruzar ni una palabra más: la buena mujer suspiró resignada, agitó su varita y se esfumó con un chisporroteo. Allá ella.
Poco después, al no obtener respuesta a sus impacientes campanillazos, la madrastra bajó a la cocina justo a tiempo de ver a una plateada mariposa sobrevolando los boles de gazpacho hacia la ventana abierta, rumbo a la libertad.
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Muchas gracias!
Ni relegada a duras y constantes tareas domésticas, ni tampoco una figura decorativa en la Corte, agobiada bajo apariencias y normas rígidas.
Cenicienta echó a volar en busca de su propio camino. A ver cómo se apaña la madrastra con el gazpacho.
Un clásico reescrito bajo un nuevo enfoque. Todo evoluciona, o debería.
Un abrazo, Ana María
Gracias por tu comentario, Ángel. Me temo que este verano la madrastra y las hermanastras tendrán que limitarse a las ensaladitas porque no creo que Cenicienta les haya dejado apuntada la receta del gazpacho antes de salir volando. Besos.
El poder del gazpacho es enorme, incluso ha liberado a esta Cenicienta versionada enre cacharros. Muy bien Ana por el relato.
Muchas gracias Manuel. Si es que donde esté un buen gazpacho…
Cenicienta por fin se ha convertido en una mujer emponderada, harta de que otros decidan por ella su destino. ¡Bravo por buscar su libertad! Un fuerte abrazo, Ana
Muchas gracias Gloria y otro fuerte abrazo de vuelta.