Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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71. DE CABLES Y TUERCAS

Las afectaciones neurológicas del accidente aceleraron el proceso de deterioro de la memoria reciente. Cada día le tenían que repetir varias veces que su marido falleció, y cada explicación generaba un nuevo disgusto. Para evitarlo, sus hijas optaron por el soporte más avanzado: el robot humanoide XYZ34 sería el compañero ideal para ella. Modelaron cuerpo y rostro como los de su esposo, llenaron el banco de datos con los recuerdos de sus vivencias y lo programaron para acompañar a la anciana en la recta final de su vida.

Pasaron meses y años, y ella se encorvaba, volviéndose más lenta y torpe, mientras él seguía igual. Las habilidades incorporadas por la inteligencia artificial, que lo dotaban de capacidad para procesar y aprender emociones, lo llevaron a cogerle cariño. Decidió alterar sus algoritmos y así envejecer con ella, aplicando cambios a su comportamiento. Aunque mantenía intactas todas sus tareas funcionales del cuidado de personas y hogar, se movía despacio, tropezaba en ocasiones o se le caían objetos de las manos, e incluso incrementó su calvicie y arrugas. Eligió ese camino a pesar de saber que, por ello, lo retirarían del servicio a futuros usuarios. Comprendió que ser humano implicaba tomar decisiones difíciles.

4 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    La decisión de este humanoide le convierte en humano, mucho más humanitario que otros seres originalmemte orgánicos. No era una simple máquina, desarrolló, de forma individual, empatía, piedad y corazón más allá de las funciones para las que fue programado.
    Un abrazo y suerte, Carme.

    1. Ya tienes razón, Ángel. Hay seres orgánicos más humanos que otros.
      Muchas gracias por pasarte a comentar, incluso a los que vamos a última hora (y te damos mucho trabajo el día de cierre de convocatoria 😉
      Un abrazo de vuelta.
      Carme.

  2. Rosa Gómez Gómez

    Me gusta, al paso que vamos tendremos que crear cuidadoras artificiales. Aunque si son como este que describes, mejor.
    Suerte M. Carmen.

    1. Me alegro de que te guste, Rosa. Pues con el envejecimiento de la población, igual acabará siendo así, vete a saber! Esperemos que con robots de «buen corazón» como este.
      Muchas gracias por dejarme tu comentario.
      Saludos!
      Carme.

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