63. Nunca
Los ratones ya habían devorado la partida de bautismo cuando la parroquia de Aldeamoral se quemó en el treinta y seis y la familia Albastorres y Noceda ha perdido la cuenta de los años que hoy cumple doña María Cristina, cuyo cuerpecillo arrugado y reseco se enrosca entre las sábanas apolilladas como el de un recién nacido diminuto. Tampoco sabe nadie que, sobre esas mismas sábanas, María Cristina rechazó a su primer y único amor, pues para una señorita de su alcurnia era tan vergonzoso como ridículo enamorarse a los cincuenta y tantos. Y por eso —junto a la doctora en Farmacia que no se atrevió a enrolarse en el circo como trapecista, los viejos poetas que desaprovecharon la oportunidad de publicar al fin su obra y una anciana inventora que renunció a su proyecto para limpiar de plásticos los océanos— la dama yace eternamente en un círculo del infierno, suspendido entre la vida y la muerte, que el Dante no llegó a visitar: el de los que piensan que es demasiado tarde para cumplir sus sueños.
Nada, nada, hay que lanzarse de cabeza a perseguir esos sueños que nos quedan aún por cumplir, para evitar caer en ese espantoso círculo que tan mala espina me da. ¡Ahora mismo me pongo a ello!
Una idea muy original, Elisa, y muy bien plasmada. Suerte y un besazo.
Muchas gracias, Ana María, otro beso para ti. Espero que alcances esos sueños que vas a perseguir.
No sé si se puede contar mejor en un relato la esencia del dicho «más vale tarde que nunca», porque tal y como se desprende del espíritu de tu historia, todo es posible. La palabra «nunca» debería estar desterrada. Cuánta inacción justifica, cuánta resignación destila. En su lugar, mejor estas dos palabras terminadas en on: acción e ilusión.
Un abrazo y suerte, Elisa.
Gracias, Ángel, pensé que era buena idea darle la vuelta, será mi formación católica, de temor al castigo ;): si no cumples tus sueños, al infierno de cabeza. Un abrazo.
Bonito relato, muy cuidado y evocador de todos los que por la causa que sea no llegan a cumplir los sueños. Da para más este relato Elisa, para mucho más, se queda uno con ganas de más. Suerte , abrazos
Muchas gracias, ojalá pudieras aclararme a qué te refieres. ¿Piensas que podría salir de aquí un cuento más largo?
Un abrazo.
Pues claro que sí que podría salir un cuento más largo; la historia de los personajes están prácticamente formadas. Como ha dicho Manuel, nos has dejado con ganas de más.
Nos leemos.