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H4bían trnacsurrido v3intitrés l4r9os m3s3s d3sd3 qu3 3ntré 3n c0ma hsata el día 3n qu3, d3 forma in3sp3rada, d3sp3rté 4 la vid4 r3al.
Ad3más d3 a9rad3c3r 3l cariño d3 mis falimiar3s y aim90s, m3 int3r3sé pro lo acont3cido dunartt3 3s3 ─par4 mí─ oscuro p3riodo.
C4d4 dí4 int3nto r3cup3rar mis fatulcad3s m3ntal3s y fís1c4s; m3 infr0rm0 d3 la actaulid4d potíl1ica, s0ci4l 3 icnluso d3 la pr3nsa r0s4 con la qu3 nucnca pud3, anunqu3 ahor4 m3 r3sult4 más d3l3znabl3 la f4lta d3 étic4, la5 m3ntiras ¥ condraticcion3s d3 lo5 p0tílicos y 5u v3r9onzo5o 4fán d3 pod3r c0mo única m3ta sin imp0r7arl3s l0 qu3 arr4stran.
M3 sur93 l4 duda d3 s1 3stos son 3l r3fl3jo y r3sultado d3 la cutlur4 y soci3dad ac7ual o bi3n, la soci3d4d y cul7ura ac7ual 3stá natur4lm3nt3 influ3nciada p0r 3st0s el3m3nto5 qu3 okup4n la at3nción pública. “¿3l hu3vo o la 9anllin4?”
¥ mi3ntras ll39o a la c0nsuclión d3 qu3 t3n3mos lo qu3 nos m3r3c3mos, oi9o 3n la r4dio un4 mús1c4 d3l ins0p0rtabl3 re9u3tón y 3mpi3zo a dud4r d3 s1 r3alm3nt3 m3r3c3mos 7od0 3sto. 3n cualqui3r cas0, ¡n0s 3xtin9uimos!
P1do dicsculp4s p0r m1 torp3za p4ra 3scri6ir, aunqu3 3sto, m3 h4n d1cho qu3 s3 arr39la 3n un4s s3man4s.
1sidrøMor3nø
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Tu protagonista, aún no recuperado del todo de su letargo, escribe como puede, pero entendemos su mensaje y es difícil no empatizar con él, pues no hace sino poner de relieve los signos oscuros que todos percibimos, queramos o no, solo que él se los ha encontrado de golpe, mientras que nosotros convivimos con ellos y nos hemos vuelto ciegos de tanto verlos, tan cerca los tenemos que miramos para otro lado. A él, sin embargo, se le entiende a la perfección, a pesar de su peculiar código.
Un relato apocalíptico a través de un cronista que habla mucho más claro de lo que parece.
Siempre me alegra leerte, Isidro.
Un abrazaco grande, artista.
Suerte
Jo, Ángel, siempre lo clavas. Ni yo, como autor, lo explicaría mejor. Millón de gracias por dedicarme tu tiempo y tus precisas letras. Si no existieras, tendríamos que inventarte.
Dos fuertes abrazacos, ya sabes, por si se pierde alguno en el ciberespacio.
Es curioso cómo el cerebro va descifrando los caracteres dándoles un valor a cada uno. Me ha gustado mucho, muy original, y también me he quedado pensando si esa persona ha despertado del coma gracias a la intervención de una inteligencia artificial y de ahí su extraño lenguaje.
Un abrazo y suerte.
Es verdad que el cerebro tiene unas muy curiosas, y muchas veces aún desconocidas, cualidades, entre ellas la de resolver la lectura con solo la primera y última sílaba además de ciertos signos que puedan parecerse a otros y que también los acopla en su sitio sin pedir más permisos.
Muchas gracias por comentar, Rosalía.
Un abrazo virtual.
Buen trabajo el tuyo al conseguir escribirlo, digamos correctamente, y buen trabajo el nuestro por conseguir leerlo y entenderlo perfectamente.
También puede haberle sucedido a alguien operado del cerebro y que se le haya dañado el área del lenguaje, por ejemplo.
Me alegro que se entienda perfectamente, yo también estos tipos de texto los leo con gran naturalidad. A veces me pregunto si tendré parte de mi neurona un poco deteriorada. jejeje!
Los misterios del cerebro son inescrutables. Ojala antes de nuestra extinción como especie, alcancemos el conocimiento completo de nuestro cerebro. Creo que no lo conseguiremos, nos extinguiremos antes. ¿Qué te apuestas?
Gracias y un abrazo.
Hola Isidro entretenida lectura de este juego literario que te has marcado, un reto complicado siempre pero que en este caso desvela un código sencillo que acaba dando a entender el cuento y el mensaje: la menitra, los políicos y las causas sociales a medio resolver, todo muy actual. En cuanto al personaje esperemos que recobre el habla con normalidad. Suerte , abrazos
Hola, amigo Montesinos. Esperemos que el personaje, viendo lo visto, no solicite de nuevo un estado comatoso temporal, a ver si cuando despierte, el panorama sea menos derrotista. Eso sí, que no se alargue mucho la «hibernación» porque, ¡nos extinguimos! jejejejj
Mil gracias por tu comentario y te envío un fortísimo abrazaco.