Fugaz e imborrable
Ya había caído la noche de mediados de noviembre, y la llevaba en brazos hasta el coche de su madre. Lloriqueaba porque ya no tiene chupete para dormir, cosa que le irrita, llevándola a razonarnos continuamente por qué lo necesita. Así avanzamos unos pocos metros, mientras yo le señalaba estrellas a las que inventaba nombres graciosos. Son juegos que le encantan y en los que muestra un inusitado sentido del humor para sus tres años. Y así, mientras mirábamos más al cielo que al suelo, como siempre…, apareció y desapareció en él una línea luminosa, con un pequeño punto conductor, que pareció desplomarse en la noche… Me miró al instante, antes de yo poder preguntarle si la había visto como yo…, pero la pregunta se fue como la estrella fugaz, y en sus ojos pude ver aún aquel reflejo, y en su sonrisa, la pregunta que no le hice yo.
Un momento fugaz e imborrable para la niña y el protagonista (que supongo que es su padre), y una belleza de micro…
Me encantó, Manuel.
Besos😘😘😇😇
Nada más fugaz que una estrella, a la que le corresponde tal adjetivo mejor que a nadie. La niña, tal vez asoció la visión al astro que guió a los Reyes Magos hasta el portal de Belén; puede que el padre también lo hiciera, aunque ambos mantengan silencio.
Un abrazo y suerte, Manuel