75. LA HABITACIÓN ROSA (Ana María Abad)
La escalera terminaba abruptamente frente a una puerta de color rosa. El hombre del traje gris, en precario equilibrio sobre los dos últimos peldaños, pegó a ella la oreja y contuvo el aliento. Del otro lado no llegaba ningún sonido, ningún movimiento.
Empuñó el picaporte y lo hizo girar despacio, estremeciéndose con el chirrido que arañaba el pesado silencio. Cuando la rendija fue lo bastante grande, introdujo por ella la cabeza para echar un vistazo. El acre olor le asaltó antes de que sus ojos se posaran sobre el montón de cadáveres que abarrotaban la alfombra, una alfombra del mismo tono rosado que la puerta, las cortinas, la colcha de la cama, la pintura de las paredes.
Soltó el picaporte, pero la puerta osciló con fuerza hacia él, haciéndole trastabillar y rodar escaleras abajo. Cuando al fin se detuvo, vio horrorizado que estaba tendido en lo alto de la pila de cuerpos, con los miembros paralizados y la garganta obstruida. Así pues, no pudo avisar al hombre del traje gris que, en ese mismo instante, asomaba la cabeza por la puerta rosa.
Tétrico, Ana María. Da miedo, pero muy bien contado. Creas un clima de suspense muy potente. Enhorabuena.
Muchas gracias Manuel, si te ha dado miedo es que lo he hecho bien porque esa era, precisamente, la idea. Un abrazo.
Inquietante historia circular, en la que el personaje principal, merced a una escalera, acaba desdoblándose, viajando hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, o en una realidad paralela, con el contenido de ese cuarto como destino inevitable para este hombre, o para uno de los hombres que es, con la atracción fatal que le produce esa estancia con destino terrible.
Un abrazo y suerte, Ana María
Muchas gracias Ángel. Llevaba tiempo con ganas de escribir un relato circular, me alegra que haya quedado claro el sentido. Abrazos de vuelta.
Me encantan las historias tétricas y con esa atmósfera tan perturbadora. Que bien lo narras y cómo unes magistralmente el final con el principio. Enhorabuena y suerte. 💗
Muchas gracias Nuria. Esta vez tocaba la vena oscura, sí, y siempre es un gusto leer estos comentarios tan positivos, le suben mucho a una la moral. Un besazo.