86. Rocío nocturno (Blanca Oteiza)
A mi vecina del segundo le encantan las plantas, tanto que su balcón parece la jungla; un día de estos aparece Tarzán trepando por la barandilla.
A mí no es que me disguste tanto verde, ni que el polen me produzca estornudos, pero asomarme y verla canturrear regando sus macetas me hierve la sangre. Trata mejor a sus hojitas y flores que a los vecinos a los que no nos dedica ni una sonrisa cuando coincidimos en la escalera.
Estoy intentando concentrarme en un trabajo que tengo que entregar por la mañana, hace calor y no dejo de escuchar la voz que sube por la terraza. Pienso en salir al mirador y gritarla, pero decido acercarme al bazar de la esquina. Esta noche mientras duerma la calle, regaré desde el tercero esa selva con veneno.
La incorrección, y la mala educación lo es, puede provocar una reacción en cadena. Con lo fácil que sería un mínimo de cortesía.
Un abrazo y suerte, Blanca