02. A DÍA DE HOY
Rebasado, hace ya bastantes años, el codo del siglo, mi mayor alegría en este momento de mi vida, es lograr realizar la hazaña de llegar a disfrutar de un nuevo día.
Despertar de un sueño ya discontinuo y poco profundo y, arrastrando las múltiples goteras que lastran mi carcasa y mis entresijos, asomarme a la terraza para poder admirar otro amanecer espléndido.
Y, pasado un buen rato, ya saciados mis ojos de belleza, tomarme una tostada con fruta y café, poner una buena música y darme una ducha mientras voy decidiendo en qué emplear el día.
Y a la hora del búho, ya bien entrada la madrugada, irme a dormir con una sonrisa de felicidad por haber conseguido recorrer otras veinticuatro horas más, con este maltrecho cuerpo, y sin haber hecho daño a nadie. Creo.
Hola, Purificación.
Sin duda, relatas el día a día de una persona en plena madurez, una persona que, por su avanzada edad, ha comprendido que la felicidad tiene mucho de saber agradecer lo que se tiene y se puede disfrutar en el presente y de vivir en paz consigo misma y con los demás. Sencillo y certero, me ha gustado.
Un cálido saludo.
El hecho de estar vivo, tranquilo, con salud, sin grandes preocupaciones, con la conciencia tranquila, valorando cada minuto como un regalo, si no es la felicidad, se le debe de parecer bastante.
A día de hoy firmaría por saber y poder tener siempre esa filosofía vital de tu protagonista.
Un abrazo y suerte, Puri
Muchas gracias, Barceló, por tu cariñoso comentario y tu reflexión. Y sí, al final, esas pequeñas cosas son las que nos proporcionan auténticas chispas de felicidad. Un abrazo, amigo.
Gracias, querido Ángel. Y al igual que tú, yo también querría tener una vejez tan sosegada, serena y feliz. Ojalá se nos cumpla a los dos. Un abrazo, guapo
Purificación, tu relato rezuma positiviad. Es un himno a la vida real. Suerte y saludos
Y no ha hecho daño, no. Seguro. A mí me ha reconfortado. Es un maravilloso canto a la tranquilidad y al positivismo. Agradecido. Abrazos, Puri.
Graaacias, Calamanda, por tu cariñoso comentario. Mu relato es, en efecto, un canto a esas pequeñas cosas, a algunos de esos placeres cotidianos que nos hacen agradable la vida. Un beso y felices fiestas.
Calamanda, quise decir «Mi relato…» Perdón, amigo. Estas teclas, ya sabes.
Y yo agradecida a tí, Rafa, y muy feliz al saber que mi pequeña historia te ha reconfortado. Eso es lo importante, querido amigo. Un beso y feliz, feliz navidad.