21. A la i hay que pillarle el punto
Estás contenta: es tu cumpleaños. En un café de tu calle te comes una caña de crema con un cortado y concluyes que va a ser un cumpleaños con c de colosal. Corres al colmado y compras clavo y comino para cocinar un cuscús. De camino a casa coincides con Iván, el interino de inglés de tu instituto. Le cuentas que es tu cumpleaños y te invita a una infusión en el Izmir. Consientes incómoda, porque intuyes que Iván es inmaduro, quizá inestable.
Iván coge el coche, comentáis la cartelera de cine. Pero en la intersección conduce hacia la izquierda. Inquieres, porque el Izmir no está a la izquierda. No contesta. Te inquietas. Insistes. Iván calla. Coge una carretera comarcal. Tu cerebro conspira contra ti, conjura imágenes de un cuerpo en la cuneta.
Tu cabeza cede al caos: aún en silencio, Iván para el coche junto a una zona arbolada y, por sorpresa, te tapa los ojos con un antifaz. Te ayuda a salir, guía tus pasos. Estás bloqueada, el corazón se te sale por la boca.
Os detenéis. Te quita el antifaz.
Hay una cabaña con cadenetas de colores. Catorce compañeros del centro te cantan una canción de cumpleaños.
No cabe dida de que se trata de una situación feliz, o al menos de alivio, imposible de repetir, porque no es corriente que alguien se tome tantas molestias ni sea tan original, como también lo es este relato, desde el título, el juego con las letras, las palabras que forman y sus significados, apropiados para el argumento.
Un abrazo y suerte, Ana
Según he comprobado a lo largo de los años, sí que hay gente que se toma muchísimas molestias y es muy original a la hora de organizar fiestas sorpresa. A mí nunca me han hecho una, pero si ha de ser como la del relato, mejor lo dejamos para otro milenio…
Muchas gracias por tu comentario y tus deseos de suerte. Un abrazo, Ángel.
Ingenioso y difícil juego con las letras. Suerte.
Fue muy divertido escribirlo. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo,Manuel.
Has jugado con la “c” y la “i”, supongo que de ahí viene lo de “ponerle el punto a la i”.
Me da a mí que has pasado por el curso de microrrelatos de Gines Cuquillas, ¿no?
Yo hice un relato n unas letras y me costó la misma vida.
Has hecho un trabajo “muy duro” y con un buen resultado
Bueno, el título pretende hacer un juego de palabras con la expresion coloquial de pillarle el punto a las cosas.
La inspiración del relato no surgió de un taller de escritura, sino un ejercicio de pronunciación inglesa en el que hay que emparejar a una serie de personajes con acciones y objetos que comienzan por el mismo sonido que sus nombres. Me pareció divertido intentar algo similar en un relato y créeme que lo fue. Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
El relato es tan bueno, intriga y engaño hasta el final incluido, que no me he enterado en la primera lectura del trabajo macarrónico con las letras porque están muy bien encajadas las palabras, sin notarse forzadas. Creo que habrás empleado en su ejecución unos diez minutos. O más.
Eso es buena señal, intenté que nada chirriase. Y sí, siempre empleo al menos diez minutos en escribir un relato. O más (sobre todo más 😅). Un saludo y muchas gracias por tu comentario, Edita.
Ana, qué pasada de jugar con la c y con la i, está muy logrado! Y con ese punto de intriga… Por cierto, ¿qué es Izmir? Google me dice que es Esmirna, en Turquía, pero en tu micro, ¿es una tetería?
Un abrazo y suerte.
Eso era justo lo que había en mi cabeza, el Izmir me pareció un nombre adecuado y con un punto exótico para una tetería. Muchas gracias por tu comentario y un abrazo, Rosalía.
Jolines, Ana, cómo te lo curras. Anda que no has tenido que darle vueltas para que te cuadren las íes en el texto. Me ha gustado mucho. Además, me has tenido intrigadísima con las «malas artes» de Iván. Yo ya te digo, que si a mí me organizan ese tipo de sorpresa, les canto unas cuantas verdades…ejem, ejem…
Pues qué bien que te haya gustado. Yo creo que a Iván lo eligieron de «gancho» sus compañeros porque estaba claro que iba a disfrutar de la situación, el muchacho parece un poco sádico, aunque eso no empiece por i. Y sí, de acuerdo, yo les pediría que me pagasen los gastos posteriores en psicólogo, qué menos. Muchas gracias por comentar y un abrazo, Aurora.