37. A los hijos (Miguel Ibáñez)
Por haberlos dejado desnudos no van a acordarse de nosotros. No serán capaces siquiera de sentirse huérfanos, porque de desorientados, se caerán por todas las pendientes. Y cuando las avenidas y las moquetas de los hoteles ya no tengan quien las pise ni quien las odie, quizás aún les queden ganas, a los que sobrevivan, de buscarnos en los pozos secos de memoria que abandonamos sin cegar. Si escarban entonces y quitan las balas, los cadáveres, las sequías, los pijamas, los mares de plástico y las canciones, se darán de cara con los días alegres en las fotos, las copas en alto, los selfies y los abrazos. Algo les dirá que éramos frágiles, pero no lo que tramábamos en realidad.
Con tu estilo personal y diferente, permíteme decir que único, planteas un futuro distópico, un porvenir malogrado dejado en herencia a nuestros descendientes, una vida convertida en infierno después de estropearla con contiendas y degradaciones de la naturaleza. Ellos sabrán que hubo días alegres, pese a los problemas, un tiempo mejor que el que a ellos les ha tocado herencia, pero que todo se echó a perder, no dejándoles más alternativa que una dura supervivencia, en la que apenas queda espacio para la esperanza.
Un toque de atención directo a la mandíbula en el que unas pocas palabras son suficientes, una mirada a largo plazo, un desastre que deberíamos evitar ahora, no tanto por nosotros, sino por ellos.
Aunque me repita: no dejes de escribir, Miguel.
Un abrazo y suerte
La felicidad como ausancia, como ptecuela, como preterito indefinido de un presente oscuro y turbador.
La poesía como esqueleto y como caparazón, como sangre y corazón, como arma y como escudo.
Da gusto leerte, amigo. Y envidia y un poco de esa ansia con que saborea el pobre un trozo de jamón.
¡No leas tanto y escribe más, coño!
Bitte froilan auch grundig, achtung der telefunken.
Me ha encantado tu visión descarnada de esta felicidad nuestra, tan frágil como nos hemos empeñado en que sea todo. Un abrazo y mucha suerte, Miguel
Una denuncia de la actualidad proyectada hacía el futuro, que me ha impactado por sus imágenes.
Suerte y Feliz Navidad, Miguel
Hace tiempo que observé que los escritores en prosa que más me gustan son aquellos que además son poetas. Quizá por eso disfruto tanto leyendo tus relatos. En este nos muestras una mirada atrás desde un futuro cercano y desastroso en el que lo único bueno que se vislumbra es la posible lucidez de nuestros descendientes para ver la inconsciencia de sus padres. Un interesante planteamiento que tu capacidad poética se encarga de hacerlo también hermoso. Mucha suerte con esta gran propuesta, Mike.
Impecable, enhorabuena.
Escritura en imágenes y viceversa, fabuloso. Un saludo, Antonio
Una patada a la felicidad que fue, que se referencia en un pasado que nos llevó al presente distópico en el que nos sitúas magistralmente. Una forma estupenda de denunciar lo que estamos haciendo. Aplausos, suerte y abrazos, Miguel.