12. Agua fría (Luisa Hurtado)
¿Me oyes?, con esas dos palabras madre acababa siempre cualquier cosa que decía, supongo que por eso la dejé de escuchar, algo que lamento ahora. Seguro que alguna vez me dijo cómo se quitaban las manchas de sangre, pero no me acuerdo; y tampoco le voy a preguntar a ese cuerpo que estorba en mi cocina, ese que ya no me volverá a molestar.
Es ley de vida no hacer caso a consejos maternos y paternos, casi siempre bien intencionados, para seguir el propio camino, una vez cortado del todo el cordón umbilical. Aunque hay ocasiones en que un poco de reflexión evita males mayores. Si tu protagonista hubiese escuchado a su madre en su momento, tal vez no habría terminado con alguien capaz de hacerle la vida imposible, hasta que que tomó la decisión, en defensa propia, de terminar con esa relación tóxica.
Un relato breve, intenso y muy gráfico.
Un abrazo, Luisa. Me alegro de que coincidiéramos en el inicio de este 2019. Suerte
No pudimos hablar pero lo haremos. Me gustó verte y darte un par de besos. No fallas nunca, ni aquí, ni en facebook, ni en el blog, ni en persona. Gracias en nombre de todos.
Como siempre Luisa, excelente tu escueto micro. Mucha suerte.
Besicos muchos.
Miedo me ha dado esta historia. Será que todo son deseos de paz en estas fechas y de felicidad y encontrarme con el cadáver de la mami en la cocina, me ha desequilibrado un poco.
Bueno, el mundo es de los que tienen imaginación y tú la tienes así que suerte y muchas felicidades para este nuevo año y sobre todo, nada de sangre.
Abrazos.
Las manchas de sangre son complicadas, complicadas… Como nuestra mente. Muy inquietante tu micro. Un beso.