07. Al volver
Con el primer paso que di en dirección a la tan familiar calle, pensé que el corazón me explotaría en el pecho. No había estado aquí desde la adolescencia; desde aquel fúnebre día que me despedí de mi madre para siempre y me escapé de una casa que, sin su protección, sería el infierno. Nunca pensé en volver, nunca quise sentir de nuevo ese miedo paralizante que había marcado mis primeros años en este mundo.
Más, los giros de la vida me trajeron de vuelta a las mismas piedras que me atraparon tantas veces al caer. Con el bolso firmemente apretado contra mi pecho y los ojos llorosos, doy los primeros pasos de regreso a la oscuridad. Mis tacones resuenan al entrar en contacto con las piedras, la multitud reunida delante de lo que antaño fue mi hogar me mira con asombro. Muchos no me reconocen, no ven en mí la niña asustada que tantas noches había acudido a sus puertas en busca de auxilio.
Para ellos soy solo una extranjera más; una de aquellas que le habían dado la espalda a su gente por una vida mejor. Una extranjera en mi propio hogar.
Tu protagonista tuvo que tener poderosas razones para dejarlo todo y marcharse, tal vez un padre maltratador. Lo que está claro es que el amor por su madre permanece intacto. Es posible que su regreso se deba a que ella está muy enferma o ha fallecido, de ahí la multitud de personas delante del que fue su hogar. Nos transmites las sensaciones personales que jalonan su retorno, sobre todo, el esfuerzo que ha de hacer para desandar lo andado y regresar.
Un saludo y suerte, Aleksandra
Muchas gracias por leer y por tus hermosas palabras siempre.
Buena historia en la que parece que podrías contar mil cosas más. Lo que más me gusta de tu personaje es que los demás no sólo ven a una extranjera sino que tampoco existe ya la niña asustada que fue. Enhorabuena
Muchas gracias por tus palabras hermosas.