27 Alma reconcomida (Rafael Loscertales)
Quienes lo observan por la calle Mayor afirman que hoy, de nuevo, va encendido y rechina los dientes mientras masculla palabras que parecen salir de muy adentro.
Los que están en la plaza cuentan que siempre le propina tal puntapié a la papelera del ayuntamiento que la manda hasta la pared de la botica: veinte metros lo menos.
En el casino, olvidan por un momento el dominó para verlo pasar sulfurado y comentan cómo hace aspavientos con la mano que no se aferra a la escopeta.
Los parroquianos del bar aseguran que cuando enfila la calle Nueva tiene la mirada baja y el semblante ennegrecido, tanto que parece más un toro que un ser humano.
Y como todos los 20 de junio desde hace seis años, termina frente a la casa del Venancio, llamándolo a gritos hasta que sale su viuda. Allí mismo él le da el pésame y le dice que siente mucho que su marido se haya ido de este mundo sin haberle podido descerrajar los dos tiros por lo de las lindes.
Hola, Rafael.
¡Jo!, eso traspasa la frontera de la ira y se mete en la inquina y el resentimiento. Me ha gustado mucho como generas con descripciones ese clima rural, con todas las miradas de los paisanos puestas en este conocido y airado vecino, generando el suspense del porqué de ese carácter tan agrio y desvelando solo al final el temido motivo.
Suerte. Un cálido saludo.
Sí, en los pueblos siempre ha habido (hay y habrá) historias de enfados y disputas entre familias por lo que sea: lindes, vacas, malentendidos, honras extrañas… Algunas veces no terminan bien, ni aquí ni en Wichita ni en Badajoz.
Gracias, Ángel. Un abrazo.
Hay quien ni perdona ni olvida, con el tremendo peso que ha de ser cargar con una ira que de nada sirve ni conduce a ninguna parte. Esas personas de «alma reconcomida» (buen título) están heridas para siempre y más allá por el desasosiego, que también transmiten.
Muy buen relato, Rafa.
Un abrazo y suerte
Hay gente que empieza con una pequeña mancha gris y poco a poco (o deprisilla) se extiende y se hace más oscura, hasta que consiguen tal toxicidad que se instalan en el lado oscuro (sin espada láser 🙂 ).
Gracias por tus comentarios, Ángel. Un abrazo.
Hummm alma reconcomida?? En mi opinión alma que reniega del borreguismo.aqui propone lo diferente, que opone a lo nimio, a lo bien pensante, al Casino,al juez, al cura, al farmacéutico. Reivindica la queja, la diferencia.y claro, lo haces desde lo histriónico, tensionado la situación.extraodinaria reivindicación y verdadera de lo diferente, contra punto de lo pueril y buenista de esta población adormecida. Gracias Rafael.
Rafa,
Menudo «paseíllo», menos mal que los lugareños ya se lo conocen al milímetro y no se asustan, ja ja ja
Me ha gustado mucho.
Abrazos
Gracias, Aurora. Me gusta que te guste. Abrazos.
Bastante cinematográfico el relato, muy descriptivo ese sentimiento de venganza frustrado que reconcome al protagonista.
Al principio casi te ahoga la misma angustia enfurecida del personaje pero luego como espectador me he imaginado a un campesino, boina en mano y lucido de realidad dando el pésame a la viuda, vete tú a saber si con la intención de cortejarla….faltarían al menos otras 200 palabras.
Saludos y suerte
Ostras! Lo de festejar a la viuda podría ser una venganza de rango mayor. Quién sabe. Gracias por comentar y por la idea. Abrazos.
Bravo Don Rafa, genial estampa rural llena de ira del pobre protagonista que no sabe qué hacer con esas dos balas, ahora que no está Venancio.
Un fuerte abrazo campeón
Hay un arma pero no se ha disparado ni se va a disparar. Pobrecillo. Por cierto, eso va en contra del «Arma de Chéjov», ¿no? Espero que Chéjov no me retire el saludo. 😉
Mil gracias y abrazos, crack.
Cuánto juego nos dan las lindes.
Buenísimo, Rafael, que la suerte descerraje laureles en tu honor.
Jajajajaja Gracias, Towanda. Y si no son laureles, al menos algo de perejil. Un abrazo.
Un magnífico retrato hecho a partir de lo que ven los demás: palabras masculladas, patada a la papelera… que se nos revela al final en un sentimiento de duelo hacia el oponente, al que ya no podrá descerrajar los dos tiros que pretendía. Casi enternecedor.
Muy bueno.
Suerte y abrazos.
Gracias, Anna. Me alegra que te haya gustado. Abrazos también para ti.
Una ira desatada y recurrente manipulada con inteligencia por el narrador. Cada párrafo añade tensión al anterior y el último compendia la historia. Todo ello en un contexto rural reconocible. Enhorabuena y suerte!
Hablando de lindes, esa rabia acumulada, que ya no puede descargar en el merecedor de la misma, linda con la locura, y de seguir así, el fulano usará esas balas que le sobran en una cabeza que no es precisamente la del tan mentado Venancio…
Pavada de alma reconcomida la de este «buen señor»…
Muy buen micro, Rafael; te felicito.
Cariños,
Mariángeles
Me gusta mucho cómo describes ese ambiente del mundo rural y al protagonista de la historia, a través de los ojos de los vecinos.
Las rencillas por las lindes, a veces, se enquistan tanto que van más allá de la muerte.
Excelente relato, Rafael. Te deseo mucha suerte.
Besos apretados.
Me encanta tu relato. Tiene que ser muy duro, andar por la vida comiéndote día a día la imposibilidad de una venganza. Mucha suerte y un abrazo.
Hola Rafael, yo si fuera la viuda de ese tal Venancio estaría temblando, ya que parece que el tiempo transcurrido no ha mitigado en absoluto la ira que bulle en esa «alma reconcomida». Nos narras la excitación del protagonista con imágenes tan visuales que no podemos evitar acompañarlo en ese tenso recorrido desde la calle Mayor hasta la casa de Venancio.
Veo que hemos coincidido en el asunto de las lindes. Ya se ve que es un clásico en generar desencuentros. Suerte con esta interesante propuesta. Un abrazo
¡Válgame el cielo! Pero cuántas cosas y todas parecen bonitas. Gracias por la lectura y vuestros comentarios. Abrazos.
Grande tu relato, Rafael! Muy bueno y supongo que un potencial ganador. Te echas la cámara al hombro y en ese travelling vas describiendo el paso del parroquiano y la ira creciente, la crispación, la escopeta apretada. La ira que no se agota pasen los años que pasen, incluso más allá de esta vida. Puede haber más ira?
Insisto: un texto magnífico, en esta convocatoria y en cualquier otra foro.
Felicitaciones y abrazo fuerte
Mil gracias, Domingo. Un abrazo.
Me sumo a las felicitaciones! Vaya buen relato! Se mastica la ira de principio a fin.
Suerte con él!
Qué final más bueno para cerrar este excelente relato sobre la ira, que por cierto, se mastica de principio a fin.
Un abrazo y ¡Mucha Suerte!
Gracias a todas y todos. Abrazos.