Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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58. Amante (Alberto Jesús Vargas)

Todas las noches su marido, después de cenar, se fusionaba con el sofá formando un cuerpo único que a los pocos minutos empezaba a roncar frente al televisor. Era entonces cuando ella encontraba su momento. Sacaba la libreta del cajón de los manteles y le escribía una carta a su amante imaginario, al que llamaba Luis. Le contaba cómo le había ido el día, sus pequeños conflictos domésticos, sus reflexiones y todas esas cosas que necesitaba compartir con alguien. Para terminar, firmaba con un corazón y rompía la carta en trocitos pequeños que escondía entre la basura. Quedaba para ella ese ejercicio de desahogo que tanto la ayudaba a reconstruir, en la medida de lo posible, las ruinas de mujer que llevaba dentro.

Asombrosamente, una mañana, mientras fregaba la taza del desayuno, se presentó Luis en la cocina sin previo aviso. Venía a proponerle que huyeran juntos para iniciar una nueva vida lejos del aburrimiento y la tristeza. Ella, sorprendida primero y halagada después, no tuvo más remedio que rechazarle. Tenía los garbanzos en remojo, la lavadora en marcha y una edad como para no volver a creer en promesas de felicidad.

26 Responses

    1. Muchas gracias, amiga Yolanda. Que alguien capaz de escribir relatos tan conseguidos como esa «Angustias» que nos has dejado por aquí diga que le ha gustado este mío, es todo un halago. Así que, aunque estemos con el tema de la tristeza,
      a mi me has dado una alegría.

  1. Ángel Saiz Mora

    Está claro que la imaginación es un arma poderosa, como también, que los sueños, sueños son. Ni incluso cuando, en contadas veces, parecen cerca de materializarse, Se llegan a cumplir, porque una cosa es la teoría, aunque vaya acompañada de ilusión, y otra su aplicación práctica. Esta mujer, mejor que nadie, sabe que tras pasar el filtro de la convivencia, su Luis ideal se convertiría en algo parecido al marido sellado al sillón, o quizá peor. Para qué molestarse entonces. Cada cual en su sitio. Además, una vida sin motivos para quejarse ni nadie que lo escuche debe de ser aburridísima.
    Muy bueno este «amante» virtual, divertido y con mensaje.
    Un abrazo y suerte, Alberto

    1. La verdad, Ángel, es que a mi me gusta mucho escribir historias tristes. En esta he querido reflejar una tristeza sencilla, cotidiana, sin estridencias y he intentado que se resuelva dejando un leve sabor amargo. Gracias por tu atinado comentario. Un abrazo.

  2. María Gil

    Un bello relato, por original y bien contado. Me hubiera gustado leer su huida con Luis, pero la decisión que toma le da más fuerza a la historia.
    Un beso

  3. Efectivamente, María, es el final el que hace que el relato sea verdaderamente triste. Es en definitiva la historia de una mujer que ya ha renunciado para siempre a ser feliz. Gracias por tu comentario. Un beso.

    1. Pues sí, Rafa. Algunos le llamarían acomodarse a vivir en la zona de confort, preferir lo malo conocido, pero lo que hace verdaderamente triste a esta historia es el desencanto de esa mujer que ya ha dejado de creer que su felicidad es posible. Gracias amigo Rafa por dejar aquí tu comentario. Un abrazo.

  4. Tu relato es la historia de una rutina. El final es la historia de una derrota.
    Esa mujer vivía en el confort de lo conocido y no quiso rechazarlo aún sabiendo que podría haber sido feliz.
    A veces,las personas sueñan con situaciones nuevas y, cuando se le ponen por delante prefieren seguir con su rutina, porque más vale lo malo conocido… un error, a mi juicio, grandísimo error, y, ¿quién dijo que la edad limita los actos y mata las ilusiones?
    De estar en una situación como esa, me hubiera ido sin vacilar.Muy bien hilado tu relato, sencillo y rotundo.
    Me ha gustado la manera en que lo cuentas.
    Gracias y feliz día.

    1. La tristeza diaria, la tristeza vital de no esperar nada más que el refugio imaginario que, quién sabe si la propia mujer materializó (como aquellos ectoplasmas de las médiums) solo para enfrentarse a su propia fantasía. Quizás, después de rechazar a su Luis imaginario renunció a escribirle para asumir su realidad.

      Relato profundo y magistral el tuyo, que refleja la atonía de tantas relaciones.

      Un placer leerte.

      Saludos.

      1. Manuela, me parece interesante eso que dices de la materialización ectoplasmática de la propia fantasía, creo que es una acertada metáfora. Me alegra que te haya gustado el relato y agradezco tu crítica tan positiva. Un cordial saludo.

  5. Pablo Cavero

    Muy buen relato, Alberto. Ese final tan de realidad cotidiana hace que la historia gane en sorpresa y magia. Me ha encantado. Un abrazo, amigo y suerte.

  6. Pues si, Pablo. He querido contar una historia sencilla que mezcla realidad y fantasía y finalmente queda impregnada de tristeza. Siempre me tratas muy bien en tus comentarios. Se nota que somos amigos. Un abrazo.

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