Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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ANONIMOUS 3 / 23, LOS FINALISTAS

Un concurso en la sombra

TODO TERMINA SIENDO UN DESASTRE.

Y lo es porque tiene que serlo, porque no hay que olvidar que el origen de ese todo es el caos, que la estructura universal es el caos, porque hasta las ciencias más exactas (matemáticas, física, economía, biología…) encuentran en el caos un comportamiento natural, un orden que permite la libertad y el cambio de las cosas.

Todo puede salir mal y eso motiva tanto como asusta, pero a veces da miedo planear algo porque sabemos que vendrá esa fuerza del destino a retorcerla y convertirla en una caricatura de lo que se pretendía. Y lo intentas, y la energía no llega porque ya desde su inicio se desvía, y corriges y vuelve a salir mal, y se inicia esa espiral en la que desesperas ante la imposibilidad de controlar tanto desastre. Y es cuando quieres gritarle al mundo tu desesperación y coges la tinta más imborrable y lo escribes en una pared para que toooodo el mundo lo sepa: TODO ME MALE SAL… y… y te das cuenta que has vuelto a liarla, pero si lo piensa un momento más, entiendes que en ese caos, una vez más, puede encontrar el orden que nos trae y refuerza la verdad.

Nuestro jurado ha encontrado ese muro sobre el que se han escrito 32 caóticas historias que habéis enviado a las sombras. Y el caos es así… ha vuelto a ocurrir. Hemos tenido que retirar nada menos que 6 relatos que incumplían la condición de incluir una palabra del lema en el título: parecía tan sencillo… pero ha sido un dictado más del caos, que ha querido mostrar 2 únicas condiciones, a veces es… un mundo.

El resto de historias, copiadas desde el archivo del formulario que recoge los textos, ha permitido al jurado leerlas sin conocer la autoría que se esconde detrás de esas máscaras de un amplio glosario filosófico que os hemos adjudicado.

Repetiremos ese modo de selección anterior combinando las valoraciones del jurado y el voto popular.

Y los pondremos en marcha hoy mismo.

Estos son los relatos que pasan a

la fase final del Anonimous 3 / 23

 

1. LA SAL DE LA VIDA, de Semiótica

Acudí a la farmacia con las recetas en el bolso. La de los comprimidos para el azúcar y la de las píldoras para la tensión. El auxiliar, muy amable, me indicó cuáles eran para una cosa y cuáles para la otra. Pero con ochenta años, ya no distingo bien los verdes de los azules y estuve cuatro semanas tomando seis en vez de una para la diabetes y una en vez de seis para la presión arterial. Al principio tenía angustias frecuentes, luego fueron los extraños caprichos, como tomar horchata en invierno o tener aversión a los guisantes del guisado. Pues bien, en la última analítica he dado positivo en embarazo.

 

2. TODO EN VANO, de Hipótesis

Vaya tontadas que preguntas, Gonzalo, pues claro que prefiero estar aquí contigo, tumbados sobre la hierba en la orilla del río, a la sombra de los chopos, con los pies a remojo, viendo las garzas volando, los patos nadando, las truchas saltar. No, tampoco a mí me apetece madrugar mañana y ponerme a hornear pan en la tahona, con el calor que hace aún, después de estos días de relax. Pero ya sabes que no cuela lo de tu garganta inflamada, la alerta roja por huracán, que quites las pilas al despertador y menos todavía que garabatees en el calendario de la cocina un «32» en la última casilla de agosto.

 

3. “MUSA, SAL DE TU ESCONDITE”, de Ataraxia

Llevo tiempo buscando a esa escurridiza musa que guía mi destino. Definitivamente me tiene manía. Impotente, asisto espantado una y otra vez al mismo ritual al que estoy condenado: al conocerme, las personas sienten una ligera sospecha, de ahí pasan a un profundo desencanto y finalmente, me rechazan sin contemplaciones. Para mi desgracia, en ocasiones me hago mundialmente famoso. Un ejemplo reciente es el del accidente del vuelo 815 de Oceanic en aquella extraña isla. La gente me recuerda con crueles bromas mientras mis autores me repudian avergonzados.

Anhelo agradar y ser calificado como asombroso, sugerente, maravilloso o redondo.

Soy el temido final malo. Valga este ejemplo como muestra.

 

4. SAL DE MI VIDA, de Holístico

Tenía claros los sentimientos, pero su lengua se empeñó en trabarse. Las frases salían con el orden alterado. A ella le bastaron cuatro palabras crueles para exigirle que dejase de molestarla.

El adolescente recompuso su corazón mientras aprendía a hablar con soltura, tanto, que, de adulto, se gana la vida con libros y conferencias sobre oratoria. Su mujer, sus hijas y sus seguidores le adoran.

Marchita, lastrada por maridos impresentables y malas decisiones, estaba entre el público del auditorio para escuchar al aclamado gurú de la comunicación.

Se marchó sin que la viese. No hubiese soportado recibir cuatro términos tajantes, dirigidos a ella, con una vocalización perfecta.

 

5. ¡¡QUE ME MATOOO!!, de Dialéctica

Tras el salto, se sucedieron en su memoria los acontecimientos más importantes de su vida. Comprendió entonces que la mala suerte que siempre le acompañó estaba apuntalada por las decisiones erróneas que había tomado desde que tenía conciencia: abandonar los estudios, unirse a la banda de delincuentes del barrio, conquistar a la chica del jefe o alistarse en el ejército justo antes de que comenzara una guerra que ni le iba ni le venía. También, por lo que estaba a punto de suceder, elegir precisamente ese paracaídas.

 

6. TODO ES RELATIVO TRATÁNDOSE DE ALBERT, de Mayéutica

El maestro decía que era un muchacho distraído y perezoso, que no daba pie con bola. Y es que le costaba codificar los signos del encerado y las palabras largas, incapaces de seguir su ruta fonológica, se le amotinaban al llegar a la punta de la lengua. Le inquietaban mucho las letras mudas y, aún más, ver saltar las sílabas de un lado a otro de su caótico cuaderno. Pero como era paciente y metódico, aquel aparente retardo lo sobrellevó gracias a unas reconfortantes clases de violín. Y mientras todos se burlaban cuando escribía “sol” en vez de “los”, él miraba a las estrellas y descifraba la curvatura de la luz.

 

7. SAL MUERA, de Pneuma

Jasmine olvidó la sal. Fue la primera vez que su marido le alzó la voz, que se levantó airado de la mesa. La primera vez que profirió un insulto y otro y otro dirigidos a ella en los tres meses que llevaban viviendo juntos. Tal vez porque hasta entonces la conducta de Jasmine había sido irreprochable, porque su consagración a la casa y a la cocina habían sido absolutas. No hubo una segunda vez porque el hombre de la casa no tardó en acostumbrarse poco a poco al sabor a almendras amargas de aquel polvo blanco que Jasmine guardaba en el salero.

 

8. SAL SOBRE HOJUELAS, de Demiurgo

Tras su enésimo fracaso amoroso, Basilio decidió suicidarse. Se atiborró de las pastillas que su padre tomaba para dormir, sin saber que se trataba de un placebo relleno de ginebra. Solo consiguió emborracharse. Al tiempo se pegó un tiro con la pistola que Clint Eastwood regaló a su abuelo por ser su doble en una película del oeste. Cargada con balas de fogueo, en lugar de matarlo le dejó un pitido en los oídos. Desesperado subió a la torre del pueblo. Una vez arriba, al contemplar tanta belleza, se convenció de que merecía la pena seguir viviendo. Bajaba henchido de felicidad cuando tropezó fatalmente con un escalón.

 

9. VUELO A MALE, de Dogma

Desde el día que equivoqué el azúcar con la sal en el café del director de la empresa y unos clientes, no paré de tener mala suerte, o eso creí yo. Me dijeron que no volviera por la oficina, a mi pareja la encontré con la vecina en situación más que dudosa y la riada se llevó mi coche dirección al mar, por lo menos sin mí dentro. Tantas nubes a mi alrededor no me dejaban ver el sol, hasta que encontré un anuncio en un portal de empleo.

Aquí estoy ahora, disfrutando de los atardeceres en Maldivas, junto a un nativo que no duda en mostrarme los encantos del atolón.

 

10. MALE, FEMALE…, de Sofisma

La gota de sudor que rueda por mi sien compite con la que desciende hasta el ojo izquierdo. Un carraspeo impaciente desquicia mi precaria confianza. Por mucho que miro la diapositiva de esas malditas mariposas no logro recordar a qué sexo pertenece la minúscula característica que marca su dimorfismo. Mi respuesta al tuntún provoca un bufido del catedrático.

En la siguiente imagen no consigo identificar ni un solo macho de termita japonesa, y después, caigo en la trampa de señalar al buitre hembra de una foto. No puede ir peor. O sí.

Con el suspenso asegurado, miro al examinador y descubro que he estado llamando señor a un inequívoco rostro femenino.

 

11. MALE DIRE, de Cosmos

Y empezó a caer y a maldecir desde lo alto del acantilado. Maldijo su vida en aquel orfanato de Catania y los años de reformatorio en Palermo. Maldijo sus malas compañías, a sus enemigos y el desastroso trabajo como sicario de don Vitto. Maldijo su suerte, sus decisiones, sus vicios y su vida entera. Y cuando vio que, por fin, tocaba fondo, maldijo la subida de la marea.

 

12. HAZ TODO LO QUE TE DIGO, de Entelequia

Antes de los platos principales, escoge un entrante. Los pimientos del LADRÓN, PAVADOS, TE SIENEN que freir con mucho aceite. También HE SACEN rebozados con tempura. Una alternativa puede ser un VISTO: PERDURAS cortadas en pequeños trozos y bien aderezadas. Descorcha una botella de vino, pero piensa que si DEBES BEMASIADO durante la preparación, luego no encontrarás las llaves aunque empieces a DEVOLVER ROCE cajones y LO NOGRARÁS abrir a los invitados. Y lo peor será que quizá acabes ROBADO SONCANDO en una silla de la cocina.

Ahora lee la primera palabra de cada binomio “equivocado”…

 

Pues ya conoces las propuestas que aspiran a hacerse con el tercer Anonimous de 2023, meterse como candidato en la gran final de 2023 y ganar una preciosa ilustración de nuestro admirado Fernando Martínez.

¿Nos ayudas a elegirlo?

El jurado de las sombras ya se encuentra preparado y vosotras, almas inquietas… Podéis aportar vuestra opinión hasta el proximo 1 de noviembre votando a TRES (solo admitiremos los que votéis a tres) de estos relatos a través del formulario que se abrirá al hacer click sobre la máscara.

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