Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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ANONIMOUS 4/24 LOS FINALISTAS SON…

Un concurso en la sombra

CUIDADO CON LOS MIEDOS… SUEÑA

¿qué nos queda sin nos impiden soñar?

únete a la resistencia

Nuestro jurado ha encontrado ese muro sobre el que se han escrito 38 oscuras historias que habéis enviado a las sombras. En esta ocasión, todos los relatos cumplían plenamente las condiciones para participar .

Los textos han sido copiados desde el archivo del formulario que recoge los textos, lo que ha permitido al jurado leerlas sin conocer la autoría que se esconde detrás de esas máscaras que en esta ocasión van a ser completamente anónimas, porque los textos aparecerán siendo reconocidos solo por sí mismos, por sus títulos.

Para la elección del ganador de esta última convocatoria, repetiremos ese modo de selección anterior combinando las valoraciones del jurado y el voto popular.

Y los pondremos en marcha hoy mismo.

Estos son los relatos que pasan a

la fase final del Anonimous 4 / 23

 

1. ALUMBRAMIENTO

Algunas cucarachas, las primeras, copulan en los codos de las cañerías, debajo del frigorífico, siempre tan sucio, en los huecos cóncavos de las hueveras que se acumulan en un rincón del tendedero. Las siguientes campan a sus anchas por encima de los muebles, entre las sábanas aun revueltas desde la última batalla. Las demás, las que van apareciendo a medida que avanza el sueño, allanan el útero del cadáver de mi madre hasta encontrarme, aovillado y mustio, y consiguen acoplar mi cabeza en su cérvix y empujar mis nalgas con la fuerza de sus seis patitas negras, hasta asomar, desentonado, en la lóbrega habitación de una cantante de jazz.

 

2. CONMIGO

abrir la puerta abrirla y que entre el amor a raudales no el sol quema y duelen las ampollas ya tuviste bastante pero estaba viva y ahora estoy marchita mejor así que anhelando ansiando aguardando y qué me dices de acariciando jadeando besando nada ni nadie te lo garantiza sí yo que lo siento aquí y allí siempre has sido una ingenua no ingenua no contempladora de estrellas ya y eso de qué sirve para tener luz en los ojos te parece poco sí es poco para curar la herida ya no duele y florece bella la cicatriz

 

3. ESPARTACO

A veces mi cuerpo tiembla, otras me salen eccemas de soledad. Sé que es el miedo y siento que se ríe de mi debilidad. Cada día al cruzarme con Daniel me falta valor para hacer realidad mi insignificante sueño: mirar su rostro sin que el deseo avergüence a mis ojos. Pero hoy salgo de mi hogar desafiando mis temores y, al encontrarme con él, aguanto su mirada unos segundos. El tiempo se detiene. Sus labios me sonríen.

A veces mi cuerpo tiembla, aunque hoy me he sentido un gladiador. Mas sé que el miedo, burlón, pronto se hará presente, y solo pido que mis fuerzas me permitan ser valiente otra vez.

 

4. FUEGO AMIGO

¡Ahora!, este es mi momento. Frena, ¿no te das cuenta que está por encima de tus posibilidades? Pues yo creo que debería intentarlo. Tú verás, mejor no arriesgar. ¡Vaya!, gracias por la confianza. Bueno, si la pifias, no vengas con lloros y lamentos. Vete a cagar. Lo siento, te acaban de adelantar. ¿Cómo es posible? A mí no me pidas explicaciones.

Al pasar la meta, por la radiofonía, que ha estado en silencio todo el tiempo durante la última vuelta, se escucha: «ánimo, tercero es un buen puesto». Él sigue hablándose a sí mismo: «la próxima vez, inseguridad de los cojones, déjame en paz».

 

5. GATOS PARDOS

Al anochecer se siente más segura. La oscuridad disimula sus formas odiosas, borra los detalles repelentes, oculta defectos imperdonables: todo aquello que le impide atravesar la distancia que les separa con la audacia que imagina en sus fantasías.

Él se consume en un titubeo eterno, aterrado de que ella huya al escuchar el timbre su triste maullido, deseoso de decirle tantas cosas a que a veces siente que le explotan la garganta y el corazón.

Tropiezan en la terraza de su edificio. Se miran. Tiemblan. Se abrazan. Pero un rayo de luna traiciona el camuflaje de ella y él fracasa en su intento de susurrarle al oído para disfrazar su voz.

 

6. INERCIAS

Agustín esquiva sus sueños por temor al ridículo. Enamorado de Silvia, ella lo estuvo de él hasta que se cansó de esperar una muestra de amor, cien veces ensayada, que nunca llegó. Quería estudiar Literatura, pero es abogado porque su padre lo convenció. El peso de sus incertidumbres lo ha arrastrado a vivir rodeado de pensamientos sobre lo que pudo haber sido y no fue. Ahora le gustaría escribir relatos, y quiere presentar uno a un concurso. Debe tratar sobre sueños incumplidos por los miedos, fácil para él. La primera palabra ha de empezar por A, como su nombre; la última, acabar en Z. Entonces duda de nuevo si será capaz.

 

7. IMSOMNE AMENAZA

A medianoche, la luna llena alumbraba el sueño de las ovejas que una a una contaba el lobo feroz.

 

8. LA LLAMADA

Al filo del anochecer, acabará su vida. Un párroco ha venido a limpiar su alma. Le han dejado elegir el menú de su última comida y el alcaide le ha concedido, como medida de gracia, un encuentro vis a vis con la persona que elija. Fantasea con la idea. Marca el número de teléfono tatuado en su memoria. Durante el tiempo de espera piensa que tal vez no esté todo perdido. Quizá ella conteste y logre lo que no consiguió el párroco. Pero, constata que su condena continuará en el más allá cuando, después del último tono, salta el buzón de voz.

 

9 …MOI NON PLUS

Antes del adiós ya lo extrañas. «Je t´aime». Sus besos de sangre furtiva. Su olor arropando tu memoria desde que habitabas en el cuerpo de tu madre. Después la impaciencia al seguir el plan. Hasta que recibes el billete por correo electrónico. Como un ánima pecaminosa, abandonas el hogar familiar. Llegas a la estación. La máquina detenida en el andén, y él aguardándote al final del viaje. «Je t´amie». Aunque sientes miedo. Al regresar a casa, tu madre comenta que tiene noticias de tu hermano. Que parece exultante, feliz. Pero el tren, en unas horas, alcanzará su destino. Y entonces descubrirá que no te has subido. Que no has sido capaz.

 

10. NICTOFOBIA

A Julia siempre le dio miedo la oscuridad, pues en ella se ocultaban engendros terribles que arrastraban niñas bajo su cama y la despertaban con aullidos infantiles. Para evitar que sus sueños se tornaran espantosas pesadillas, siempre dormía con la luz encendida. Y a veces, cuando la bombilla emitía traviesos chisporroteos, despertaba sobresaltada.

Julia se acurrucaba en casa al anochecer, y nunca se maravilló bajo un cielo estrellado, ni la besaron bajo la luna llena.

Esta mañana, después de décadas de vivir esquivando la oscuridad, no ha despertado. Dicen que un infarto detuvo su corazón, pero yo, que vivo bajo su cama, sé que esta madrugada se fue la luz.

 

11. LA PARTIDA

Al abuelo nunca le dio miedo nada ni nadie. Y mucho menos los muertos, a los que entregó toda su vida laboral ejerciendo de técnico de tanatopraxia. Cuando falleció su hermano Ambrosio, al que siempre estuvo muy unido, lo dejó hecho un pincel. Parecía dormido.

Lo que no esperábamos era encontrarnos la baraja de cartas del abuelo sobre la tumba del tío. Mucho tiempo después del fallecimiento de éste, seguían siendo fieles a su cita de los domingos por la tarde. Una vez finalizada la partida, el abuelo regresaba a casa, y el tío Ambrosio, a su vida sin luz.

 

12. PESCADORES DE SUEÑOS

Aburridos de que nos obligaran a dormir siesta, empezamos a escaparnos al lago cañas al hombro. Pescar cosas raras terminó convirtiéndose en una de nuestras actividades preferidas durante las vacaciones en el pueblo.

Al principio eran botellas de plástico, sillas, hierros oxidados. Pero cuando pescamos el violín, comenzamos la colección.

La abuela lo miraba todo extasiada y melancólica, como si reconociera los objetos.

Con el tiempo, montamos una exposición en el garaje. El piano de cola impulsó nuestro catálogo a la categoría de pequeño museo.

Pero el verano en que apareció la máquina de escribir, la abuela lloró hasta navidad y el abuelo nos rogó que lo dejáramos de una vez.

 

13. SIN SOMBRA

Aunque no lo parezca, se santigua con la mano derecha fantasma mientras el puño izquierdo esconde un mechero. A su vez, el ojo derecho fantasma mira al frente con seguridad. Sin embargo, el izquierdo titila indeciso. Entonces el corazón remueve los fantasmas de los anhelos que le llevan tiempo acechando; y el cerebro, que suele decidir en estos casos, hoy se queda en blanco, bajo la luz abrumadora del sol del mediodía.

Y, petrificado en el centro de la terraza más popular, el joven inapreciable contempla cómo otro muchacho ofrece fuego a la bella Marieta, que rebusca en el bolso por enésima vez.

Pues ya conoces las propuestas que aspiran a hacerse con el último Anonimous de 2023, meterse como candidato en la gran final de 2023 y ganar una preciosa ilustración de nuestro admirado Fernando Martínez.

¿Nos ayudas a elegirlo?

El jurado de las sombras ya se encuentra preparado y vosotras, almas inquietas… Podéis aportar vuestra opinión hasta el próximo 25 de diciembre votando a TRES (solo admitiremos los que votéis a tres) de estos relatos a través del formulario que se abrirá al hacer click sobre la máscara.

1 Response

  1. María José Escudero

    Enhorabuena a los relatos que han pasado a la fase final. Ha sido muy difícil seleccionar sólo tres. Buenísimos todos. Un abrazo 🤗

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