72 Ansiada derrota (Alberto BF)
Pilar se deja ganar todas las tardes. Es lo único que le permite contemplar algo de brillo en los ojos de Adolfo, y eso da sentido al esfuerzo que realiza diariamente para que la reconozca.
Él ya ha dejado de comer y caminar solo, y a duras penas controla sus esfínteres, en un progresivo deterioro físico y mental. Todavía le entretiene jugar a las cartas, aunque desde hace un tiempo las lance sin ningún criterio y con llamativa torpeza.
La neuróloga había advertido meses atrás que pronto olvidaría todo lo aprendido a lo largo de los años, pero aún así resulta muy duro constatar cada día esta pérdida de facultades. Por ello, y pese a producirse de manera cuestionable, la efímera satisfacción de la victoria cobra más importancia que nunca en sus visitas a la residencia de ancianos.
Cada anochecer, tras despedirse, Pilar regresa a su casa deseando que Adolfo vuelva a reconocerla al día siguiente y la vida le dé la oportunidad de perder otra partida.
Eso es amor, hasta el último momento, además, cuando más difícil puede ser, cuando aquella persona a quien tanto se quiso cada vez es menos aquel a quien dedicó su vida. Ella siempre estará ahí, con él, hasta su último aliento, hasta su último recuerdo.
Un relato triste, pero también lleno de belleza y entrega.
Un abrazo y suerte, Alberto
decir triste, decir injusto… cuando no se puede hacer nada…
aunque el caso no es tan extremo, me toca de cerca
me ha gustado mucho
s u e r t e
Hasta el último recuerdo, Ángel.
Muchas gracias por tu comentario, y un abrazo.
A mi también, J.
Podríamos decir que es un relato basado en hechos reales.
Muchas gracias por tu comentario, y suerte!